EL DILEMA DE QUEDARSE O VOLVER A CASA

Dos jóvenes graduados del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) hicieron lo impensable el verano pasado: renunciaron a sus empleos envidiables y volvieron a Puerto Rico, trayendo con ellos su plan para una empresa emergente, ostartup.

“La gente decía: ¿Estás loco? ¿Por qué harías una cosa semejante? Vuelve en otro momento, básicamente estás yendo a un infierno ahora mismo”, contó Eric Crespo, de 25 años, quien ayudó a crear Lunchera, una empresa en línea de rápido crecimiento que se dedica a la entrega de comida y logística en Puerto Rico.

Mientras la marea de puertorriqueños que abandonan la isla continúa sin parecer detenerse, Crespo y su socio y amigo de la universidad, Bryan Collazo, son parte de una ola pequeña pero crucial de millennials educados que están haciendo lo contrario: eligen volver a casa y quedarse en la isla.

Están abriendo restaurantes y bares, estimulando startups y pequeñas empresas o poniendo en marcha sectores agonizantes, como la agricultura. Los motivan tanto un impulso por sacar a Puerto Rico del estancamiento como un profundo apego a la isla –sus playas y campos, las amistades, la intimidad y los lazos familiares.

La atracción hacia la dirección opuesta puede ser fuerte, ya que Puerto Rico lleva más de una década de crisis económica. Esta isla, cuyas finanzas están siendo supervisadas por una junta de control federal, está encadenada a una deuda pública de $70,000 millones de dólares. Además, ha sido afectada por las pérdidas de empleos, que se espera se profundicen a medida que más trabajadores del gobierno sean despedidos y continúe un éxodo implacable que incluye a muchos profesionales como médicos, ingenieros y maestros. Desde 2004, más de 400,000 personas han dejado Puerto Rico, un territorio estadounidense de unos 3.4 millones de habitantes.

Sin embargo, a medida que la isla entra en su onceavo año de recesión, la crisis está lentamente dando lugar a nuevas oportunidades que están dejando de lado las maneras más convencionales de pensar. Durante mucho tiempo, los puertorriqueños han dependido del gobierno para la mayoría de sus empleos y en el continente para muchas de sus carreras; los graduandos universitarios han mirado reflexivamente a las empresas de los EE.UU. para trabajar o se inclinan por profesiones confiables, como la medicina o la ingeniería. En la isla, lo llaman la mentalidad “colonial”, una forma de pensar que está estrechamente ligada a la posición de Puerto Rico como un Estado...

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