Diversifican servicios para la comunidad sorda

Mucho antes de que se presentara en ambos cuerpos legislativos el Proyecto del Senado 445, el cual busca hacer obligatorio la enseñanza de lenguaje de señas en las escuelas, los integrantes de la organización Enactus en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) ya trabajaban para proveerle a la comunidad sorda del área oeste oportunidades empresariales, sociales y de salud.

La medida, de la autoría del senador Juan Damau, fue aprobada en días recientes y se espera que el gobernador la convierta en ley en los próximos días. Se estima que un 5% de la población en Puerto Rico tiene alguna discapacidad auditiva.

Enactus es una organización sin fines de lucro, con presencia en una treintena de países, cuyos integrantes son estudiantes universitarios y líderes de la academia y del sector de negocios que trabaja en proyectos innovadores para el beneficio general de las comunidades.

El equipo del RUM, formado por 25 miembros activos, comenzó a apoyar a la comunidad sorda hace dos años, cuando adoptó el proyecto que denominó Significance Voices, manifestó Alondra Toledo, estudiante de Mercadeo y Gerencia de Proyectos, y quien es la coordinadora del equipo mayagüezano.

Para entender mejor cuáles eran las necesidades de esa población, en julio de 2015 los universitarios de Enactus RUM entrevistaron por medio del lenguaje de señas, a varios sordos en el área metropolitana. Estos les expresaron la dificultad que tenían para hacerse entender con los médicos cuando acudían a realizarse pruebas médicas, la dificultad para obtener una buena educación universitaria y la falta de oportunidades en el mercado de empleos.

Con los hallazgos, ese mismo año celebraron el Primer encuentro de la comunidad sorda del área oeste en las instalaciones de Huella Colegial, un centro de reuniones y café teatro en el casco urbano de la ciudad, indicó Toledo. Desde entonces, unas 40 personas se reúnen los primeros miércoles de cada mes, de 5:30 p.m. a 10:00 p.m., a compartir diversas actividades, como por ejemplo juego de dominós, clases de salsa y bingo. Para este último, los chicos de Enactus han hecho adaptaciones, y además de cantar el bolo en voz alta, lo hacen en lenguaje de señas y proyectan también el bolo en una pantalla.

“Estos encuentros les brindan la oportunidad de socializar y crear nuevas amistades”, dijo Patricia Valentín, profesora de Empresarismo y Recursos Humanos y mentora del grupo. De hecho, varios miembros del equipo han aprendido lenguaje de señas y...

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