Dos rutas hacia el mismo fin

PONCE.- Era marzo del 1986. Cinco meses antes, los ponceños habían vivido una de las más terribles tragedias con el derrumbe del cerro Mameyes. Era la época en que las calles de la Ciudad Señorial estaban amenazadas por las cruentas batallas por el control del narcotráfico que libraba la pandilla de Las Avispas.La Playa de Ponce, una vecindad que por décadas fue económica y socialmente marginada, estaba lejos de la inmunidad a estos problemas sociales. No obstante, el proyecto educativo, económico y social fundado por Sister Isolina Ferré servía como una especie de oasis donde la realidad social era un poco distinta. Desde su rol como religiosa y líder comunitaria, Sister Isolina fraguó treguas entre pandillas, llamó la atención de aquellos que ignoraban los rezagos socioeconómicos del sector y creó un ambiente para el desarrollo de los playeros.Su gesta comunitaria había comenzado en el 1968. Dieciocho años después, en aquel marzo de 1986, la religiosa plasmó en una serie de escritos en un periódico comunitario, su visión sobre el desarrollo social de la comunidad que buscaba transformar desde sus entrañas.Escribía sobre la dignidad del ser humano. Es decir, de esas cosas mínimas que merecen todas las personas. Resaltaba la fe cristiana, pero no solo como convicción religiosa, sino como instrumento para impulsar la creatividad y la bondad de las personas. Pero, sobre todo, explicaba cómo con acciones prácticas y sencillas, y con mutuo apoyo, esa dignidad humana era alcanzable por todos.Inspirado por esa visión, Luis A. Ferré Aguayo, escribió una de las más conmovedoras cartas de amor fraternal a la religiosa, la menor de sus hermanas. Entre las palabras, el exgobernador (1969-1972) se destilaba una admiración por la capacidad de ella de transformar vidas para el bien. Era una misión que él mismo había emprendido, a su modo, en las últimas décadas de su vida como político, músico y filántropo, tras una exitosa carrera como empresario."Gracias a ti, mi querida hermana, por habernos dado el bello ejemplo y por haberla expresado en palabras tan claras y convincentes que es casi un evangelio", escribió el exgobernador en una carta leída ayer durante una misa en la que se celebró el 117 aniversario del natalicio del exgobernador en la capilla de los Centros Sor Isolina Ferré en La Playa de Ponce.Tanto Sor Isolina como el exgobernador tenían proyectos de vida forjados por separados, pero en discreta colaboración. Los Centros contaron...

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