La educación como salvavidas

Feliciano Figueroa Rosario sabe lo que es caerse y levantarse una y otra vez hasta tener éxito y lograr metas a las que pocos apostaría que llegaría.El veterano del Ejército luchó por años contra la depresión y el alcoholismo que afectó su vida y la de su familia, sin embargo, tuvo la sabiduría para comprender que necesitaba ayuda y la voluntad para superar las múltiples dificultades que enfrentó en su proceso de recuperación.Su historia comienza con una crianza difícil, pues, hasta los 13 años vivió en un hogar para niños. Luego se mudó con su padre, quien falleció, y posteriormente, con su hermana, y a los 20 años se enlistó en el Ejército. "Eso también afectó", analiza en voz baja Feliciano.Dos años después de participar en la Guerra de Vietnam, como parte de las tropas de infantería, regresó a Puerto Rico y enfrentó el desempleo y la dificultad para ajustarse a la vida civil. Entonces, comenzó un extenso ciclo de depresión que lo llevó al alcoholismo, a una depresión severa y episodios de violencia que lo enviaron muchas veces al hospital."Cuando regresé (del Ejército), me puse a estudiar, pero no lo terminé. Cogí un grado asociado en Administración de Empresas y volví a recaer. Tuve episodios en los que estaba bien y volvía a recaer", cuenta el hombre natural de Ceiba, quien perdió su trabajo de contador en el gobierno debido al alcoholismo.En su interés de superar el problema de salud mental y tener una vida más productiva, volvió al Hospital de Veteranos y allí le hablaron del Programa de Veteranos de la organización ASPIRA."Yo no quería ir, pero hubo a insistencia. Y me dieron matemáticas, computadora, apoyo emocional y terapias, y ahí fue que me dio con ponerme a estudiar de nuevo y terminé mi bachillerato" en Contabilidad a los 62 años."Volví a recaer y volví de nuevo a Veteranos, me dieron tratamiento y me acordé de lo que me enseñaron en ASPIRA y volví a estudiar. Aspira me dio una beca y terminé la maestría en Contabilidad en mayo de este año, a los 70 años. Eso se lo debo a ellos y a Veteranos".El largo pero exitoso proceso de superación que ha vivido Feliciano también ha tenido un impacto en la vida de su hijo mayor, a quien ha logrado recuperarse del trastorno de uso de drogas. "Yo le serví de inspiración a mi hijo mayor para que dejara las drogas. Eso sí que me alegra un montón. Viéndome a mí echando pa’ lante, él cogió los consejos y hoy es un hombre de bien", afirma.Sus otros tres hijos, su esposa y sus ocho nietos...

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