Educación que transforma vidas

El Programa de Alfabetización de Adultos del Caño Martín Peña le da conocimiento, poder y acceso a las personas adultas, a las que enseña a leer y escribir en clases ofrecidas por voluntarios, que también reciben un beneficio de dicha interacción.El proyecto comunitario lleva 10 años conectando y ayudando a dos grupos: residentes de las comunidades aledañas al Caño Martín Peña, y profesionales activos o retirados que se sienten útiles y hacen una aportación a otras personas a través del trabajo voluntario.Con una mayoría de personas de entre 30 y 70 años, las clases de alfabetización comenzaron por la necesidad de aumentar la participación de los vecinos en los proyectos comunitarios, especialmente de personas nacidas en República Dominicana que, por diversas razones, no pudieron asistir o terminar la escuela."En el 2009, la organización se dio cuenta que muchas personas de República Dominicana no participaban de las reuniones e hicieron un censo de las necesidades principales de esta población. Encontraron que había una necesidad de alfabetizar a estas personas. Si no sabes leer ni escribir, no puedes interpretar la información que se te da y no puedes tener un juicio de lo que se te da. Empezó con la ayuda del Consulado (de República Dominicana) y de voluntarios", explica Imirse Orrusti Ramos, trabajadora social comunitaria y quien es la Coordinadora de Participación Ciudadana y Desarrollo Social de la organización."Ha venido gente que lo único que quiere es aprender a escribir su nombre porque está harta de firmar con una X. Vino un muchacho, de 25 años, que llegó porque estaba cansado de inventarse las historias para su hija a través de las imágenes de los cuentos porque no podía leer y él se los quería leer", señala Imirse sobre las diversas necesidades de los participantes."Hemos tenido gente que ha pasado a proyectos donde le dan grados, gente que ha podido coger el examen de la ciudadanía, incluso gente que se ha preparado para coger el examen de equivalencia de cuarto año", agrega."Este proyecto se basa en que la persona es protagonista de su proceso y es una metodología individual. Se dan clases grupales una vez al mes, pero lo demás es el voluntario trabajando con el participante y las metas del participante. Tenemos filosofía de puertas abiertas porque la educación es un derecho de todos", explica la trabajadora social comunitaria, en un aparte durante el taller de capacitación que tomó un grupo de voluntarios.El nuevo curso...

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