“El Congreso debe hacerse responsable”

WASHINGTON.- Al líder sindical puertorriqueño más influyente en Estados Unidos le aplica el dicho de que la educación comienza en casa. Sus padres fueron maestros que por décadas reclamaron el derecho a la sindicación, y le enseñaron con el ejemplo la importancia de buscar el bien colectivo a través de las luchas sociales. Entre sus tíos, hay obreros huelguistas.

“En mi casa siempre se escuchaba que los maestros deberían tener derecho a negociar los contratos, que no se les respetaba lo suficiente y que deberíamos unirnos si queríamos que nuestros derechos se defendieran”, dijo Héctor Figueroa, presidente del sindicato 32BJ, que reúne a 163,000 trabajadores, principalmente empleados de edificios, aeropuertos, universidades y escuelas.

Como líder sindical, en la década de 1990, estuvo involucrado en los esfuerzos de cabildeo que lograron la sindicación de los empleados públicos en Puerto Rico.

Recuerda que llamó a sus padres para dar la noticia. “Lo primero que les dije fue, ‘por fin se va a conseguir la unión de los maestros’. La respuesta de ellos fue, ‘eso está muy bien, pero no hay derecho a la huelga’”, contó.

La 32BJ, que preside desde 2012 y tiene sus oficinas principales en Nueva York, es una de las más poderosas uniones del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), del que Figueroa es uno de sus vicepresidentes.

Llegó a la 32BJ como parte de un movimiento en favor de limpiar la casa, tras años de mal manejo de un antiguo líder.

Su fuerza dentro del movimiento obrero estadounidense ha crecido en la medida en que aumenta la matrícula de la 32BJ.

La fuerza de la 32BJ se siente principalmente en muchos estados del noreste y el sureste.

En medio de la crisis fiscal, Figueroa, de 55 años, ha sido la principal voz de la coalición “Vamos4PuertoRico”, que en ciudades estadounidenses y en la isla ha elevado la conciencia sobre la grave situación económica.

Nacido en Ponce y criado en Coamo, Figueroa tiene las manos llenas. Habla con prisa.

Conversó recientemente con El Nuevo Día en medio de un desayuno y caminando por las calles de la capital federal.

Resalta su formación católica. ¿Es católico activo?

—Tuve mucha influencia de los sacerdotes del pueblo de Coamo. Una orden de la Santísima Trinidad, bien conectados con el que fue Obispo de Caguas (Antulio Parrilla), y los que impulsaban la Teología de la Liberación. Participábamos mucho ayudando a los pobres, tratando de que la Iglesia Católica fuera más comprometida. La...

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