Energía solar los libró del apagón general

Cuando toda la isla se quedó sin luz por el apagón general que provocó el sismo del 7 de enero, varios proyectos comunitarios mantuvieron el servicio porque, tras el devastador paso del huracán María, optaron por suplirse de fuentes renovables, específicamente, energía solar."Fue la gran lección del huracán y ahora, con el terremoto, la experiencia fue del cielo a la tierra, totalmente diferente", afirmó Dolores Morales, directora ejecutiva de Migrant Health Center, Western Region, que opera 11 clínicas en las regiones oeste, noroeste y suroeste.Morales contó que, como resultado de María, en las 11 clínicas, se perdieron todas las vacunas y medicamentos que requieren refrigeración, como la insulina. La empresa instaló generadores eléctricos, "pero todos los días se dañaba uno" y el inventario se perdió. En total, estuvieron dos meses sin luz."Pero, ahora, como tenemos las placas solares, ni una sola vacuna se perdió. La respuesta fue mucho más rápida. No sufrimos por pérdida de vacunas, como cuando el huracán, y teníamos un servicio básico para responder a la comunidad", sostuvo.Específicamente, Migrant Health Center, Western Region, tiene placas solares en nueve de sus 11 clínicas, y la energía producida se destina a las neveras de vacunas. Dos de esas clínicas ubican en Guánica y Yauco, que figuran entre los municipios más afectados por el terremoto y sus subsiguientes réplicas.Según Morales, lograr la preservación de las vacunas y demás medicamentos refrigerados les permitió visitar refugios en Guánica, Yauco y Sabana Grande, entre otros pueblos, y ofrecer servicios sin inconvenientes."Nuestra clínica en Guánica se vio afectada por el terremoto, pero aún así el personal se movió y prestó los servicios en el estacionamiento. Pese a los daños, no hubo pérdida de vacunas ni de otros medicamentos. Para María no estábamos preparados, pero ahora, sí", recalcó.LUZ Y AGUAUna historia similar cuenta César Irizarry, vocal del Comité Comunal de Corcovada, Inc., en Añasco, que maneja un acueducto comunitario del que se sirven 162 casas.El acueducto, que opera hace 54 años, está conectado a un sistema de energía solar."Como tres o cuatro años antes del huracán María logramos instalar las placas, pero nunca las pudimos poner en funcionamiento porque tuvimos problemas con el contratista. Después de María, logramos conseguir las baterías (de resguardo) y convertidores y, desde entonces, todo está funcionando bien chévere", dijo Irizarry.Relató que...

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