Enfocado en transformar el salón

Mucho se habla del impacto que tienen los buenos maestros en la vida de sus estudiantes, de la maestra que ayudó a un adolescente a descubrir su pasión por las letras o del educador que impulsó a un joven descarriado a encontrar su rumbo.Pero igual de indelebles son las marcas que dejan los adultos en un salón de clases que no tienen vocación de enseñar; el que critica o insulta sin consideración por el menor de edad que tiene de frente.De eso da testimonio Eligio Hernández Pérez, quien como secretario de Educación, no olvida la importancia del rol que tiene cada uno de los cerca de 27,000 maestros del sistema de educación pública. Ellos necesitan todos los recursos para realizar su trabajo, señaló."Ningún niño ni adolescente de Puerto Rico debe recibir las palabras hirientes que yo recibí. Por experiencias de vida, algunos las superamos, pero también hay algunos que no las van a superar y nos corresponde a nosotros construir, sanar levantar. La parte más importante, eventualmente, son las destrezas de vida que nos van a acompañar durante los años que vivamos", expresó el secretario.Natural de Cidra, del sector La Sierra, colindante con Caguas, Hernández Pérez se crio en el seno de una familia agrícola. Un accidente en su niñez provocó que perdiera la visión en el ojo derecho y su campo visual en el ojo izquierdo es limitado.Fue en décimo grado que el ahora titular de Educación fue suspendido de la escuela luego de insultar a una maestra. Pero las palabras soeces del adolescente fueron producto del "coraje y la frustración" luego que la maestra -conocida por burlarse de sus alumnos- le dijera que él era "alguien que no va a ser nadie en la vida"."Yo decía que para aprender no tenía que escuchar a un maestro. Así que cortaba clases, siempre iba a los exámenes y salía bien en los exámenes, mis calificaciones eran de A y de B", relató Hernández Pérez.Al regresar a la escuela, fue cambiado de grupo para no encontrarse con la misma maestra. Pero para undécimo grado se cambió de escuela, y en la escuela superior José Gautier Benítez de Caguas no tan solo se graduó de cuarto año, sino que además conoció a dos maestras que lo inspirarían -sin él darse cuenta- a convertirse en maestro de salud.Dos décadas después, Hernández Pérez llegó a la jefatura de Educación en abril pasado. Como si fuera un presagio de lo que atravesaría el país en verano, Educación vivió una semana convulsa luego que se anunciara la renuncia de la exsecretaria Julia Keleher y...

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