Estado de excepción y colonialismo: una mirada a la historia colonial de los Estados Unidos de América

AutorJosé M. Atiles-Osoria
Páginas41-91
cApítulo i
ESTADO DE EXCEPCIÓN Y COLONIALISMO:
UNA MIRADA A LA HISTORIA COLONIAL
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Mostrar el derecho en su no-relación con la
vida y la vida en su no-relación con el derecho
significa abrir entre uno y otra un espacio para
esa acción humana, que un tiempo reclamaba
para sí el nombre de “política”. La política
ha sufrido un eclipse duradero porque ha sido
contaminada por el derecho, y se ha concebido
a sí misma, en el mejor de los casos, como poder
constituyente (es decir violencia que establece
el derecho), cuando no se reduce simplemen-
te a poder de negociar con el derecho. Pero,
verdaderamente, política es sólo la acción que
corta el nexo entre violencia y derecho. Y sólo
a partir del espacio que así se abre será po-
sible formular la pregunta sobre un eventual
uso del derecho después de la desactivación
del dispositivo que, en el estado de excepción,
lo vinculaba a la vida. […] Y, entre las dos
[tendremos entonces] no un período estado
originario, sino sólo el uso y la praxis huma-
na que las potencias del derecho […] habían
tratado de capturar en el estado de excepción.
agamben, 2004: 127-128
introducción
En este capítulo estudiaremos los procesos jurídico-políticos e
históricos constitutivos del poder colonial estadounidense. La forma-
ción del Estado-nacional estadounidense, su proceso de expansión y
El dErEcho En conflicto: colonialismo, dEspolitización y rEsistEncia42
advenimiento en imperio a finales del siglo XIX adquieren un papel
protagónico en este capítulo, ya que a través de las historias, las narra-
tivas y los discursos jurídico-políticos sobre dichos procesos se pone
de presente el papel central del derecho en la constitución de la reali-
dad sociopolítica, económica e histórica de ese país. Por consiguiente,
nuestro argumento es que los Estados Unidos de América utilizaron el
paradigma del estado de excepción como dispositivo jurídico-político
para legitimar el proyecto de expansión imperial/colonial en Puerto
Rico. En otras palabras, utilizando el paradigma del estado de excep-
ción propuesto por Agamben (1998, 2004, 2005)1, demostraremos
la construcción legal de la hegemonía colonial estadounidense y, en
consecuencia, de la realidad social de Puerto Rico.
Nuestro argumento parte de dos premisas: por una parte, la pro-
puesta interpretativa del derecho como artefacto/dispositivo de poder,
que nos permite entender el estado de excepción como el dispositivo
posibilitador de la dominación y de la despolitización de la política
colonial; y, por la otra, el reconocimiento de que el diseño de espacios
de anomia a través del estado de excepción ha supuesto una incisión
epistemológica en las interpretaciones de las topologías de exclusión/
violencia inherentes al colonialismo. Ambas premisas suponen una
lectura novedosa del estado de excepción como categoría de análisis
sociopolítico y jurídico, pues su estudio tradicional opera bajo una ra-
cionalidad dicotómica: por un lado, se ha explicado su uso a través de
los estudios del derecho constitucional, la teoría jurídica y la historia
del derecho (Fix-Zamudio, 2004; Schmitt, 2007); y, por el otro, se ha
considerado una categoría ontopolítica en la cual se bifurcan formas de
acción biopolítica y geopolítica que bien pueden trascender el ámbito
jurídico, o instalar un espacio de anomia que propicia el ejercicio de
la violencia sobre subjetividades subordinadas a este (Agamben, 2004).
Las vertientes de análisis jurídicos consideran que el estado de ex-
cepción se aplica de dos maneras: “patológicamente” –la destrucción
1 Existe consenso sobre la centralidad y relevancia del trabajo de Agamben con res-
pecto a la soberanía, el poder, la despolitización y la violencia en la era contemporánea
(Calarco y DeCaroli, 2007; Castro, 2008; Durantaye, 2009; Galindo, 2005; Logiudice,
2007; Mills, 2008; Murray, 2010). Así mismo, existen posiciones críticas sobre su trabajo
(Brown, 2006b, 2010; Fitzpatrick, 2008; Laclau, 2008). En este libro, sin embargo, no
exploramos estas discusiones por motivos de pertinencia al tema de estudio.
Estado dE ExcEpción y colonialismo: una mirada a la historia colonial43
del Estado de derecho vigente y el uso “tanatopolítico”2 de la excep-
cionalidad (Fix-Zamudio, 2004)– y a la manera de una dictadura
constitucional (Rossiter, 1948; Schmitt, 1966, 1968, 2007; Rudenstine,
2013) –legislación e implementación de cláusulas jurídico-políticas
para legitimar las acciones excepcionales/extrajurídicas del actor he-
gemónico en su esfuerzo por conservar el Estado de derecho vigente
(Schmitt, 2002; Ferejohn y Pasquale, 2004; Levinson y Balkin, 2010)–.
Consideramos que estos análisis jurídicos del estado de excepción
enmascaran las formas de acción político-violentas inherentes a las
relaciones de dominación y a la conflictividad política. Tampoco con-
sideran la tensión entre la contención/resistencia y la coerción/domi-
nación, pues se fundamentan únicamente en el estudio del poder y en
cómo garantizar la prevalencia del statu quo3. En este sentido, tales
investigaciones representan una concepción juridificada y concentrada
en los análisis positivo-liberales del derecho, por lo que no ponderan
otras narrativas afluentes, como el colonialismo, en la configuración
del estado de excepción4.
En este trabajo nos distanciamos de dicha lectura dicotómica para
proponer un análisis integrador de las dimensiones jurídico-políticas y
ontopolíticas del estado de excepción. Es decir, consideramos que en las
colonias no basta analizar el estado de excepción en su forma jurídica
o en su forma ontopolítica, sino que ambas manifestaciones configuran
una superestructura de poder, legitimación y control. Igualmente, con-
tribuimos al muy escaso análisis de la vinculación entre colonialismo
y estado de excepción en términos generales, así como en el caso de
2 El concepto tanatopolítica lo debemos a Esposito (2006), y se refiere al uso del
biopoder para destruir la vida. Compárese con Mbembe (2003) y el concepto de la
necropolítica.
3 Fix-Zamudio (2004) pone en evidencia este último aspecto del estudio del estado
de excepción al analizar sus usos en Latinoamérica. También puede encontrarse dicha
lectura acrítica en Valádez (1974) y su estudio de las dictaduras constitucionales en
América Latina; en Zovatto (1990) y su análisis del estado de excepción y la violación
de los derechos humanos; y en el texto editado por Leiras (2010) sobre los usos del
estado de excepción en diferentes países latinoamericanos y caribeños.
4 Carranza (1978) ha mostrado ampliamente como las dictaduras militares latino-
americanas utilizaron el estado de excepción para legitimar sus regímenes. Así mismo,
Negri y Cocco (2006) presentan una mirada crítica del estado de excepción, la biopolí-
tica y el neocolonialismo en América Latina.

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