Fábrica de detectives
Por Tatiana Pérez Rivera.tperez@elnuevodia.com
-Lo que sucedió con Yesenia fue esto: la mataron, la metieron en un dron, le hicieron muchos rotitos y lo tiraron mar adentro.
"El hombre no solo me dio información, sino que me dio también la imagen inicial del proyecto", cuenta Vicente Castro, libretista y productor televisivo sobre el periodo en que investigaba la desaparición de la joven madre Yesenia Ortiz Acosta para la película televisiva, Sucedió en Branderí.
"La gente te habla con 'propiedad' de los casos que se ventilan en televisión, hay que estar oído en tierra", insiste Castro.
Porque el crimen, tan trágico como inescapable en los tiempos en que vivimos, tiene un vínculo sólido y añejo con los televidentes. Al crimen se le teme, se previene, a veces se invoca, pero la mayoría de las veces interesa. Y mucho.
Resolverlos ha provocado miles de historias de literatura -en especial la negra-, de películas y, en especial, series televisivas. Desde esa caja que ahora permite -gracias al formato HD- casi tocar el rastro de sangre que dejó la víctima o su victimario, el asesinato se convierte en materia de estudio.
Quién lo hizo, por qué y cuándo son interrogantes que siempre han provocado tramas. Ahora las respuestas incluyen técnicas de laboratorio y análisis de perfiles sicológicos que fusionan la realidad con la ficción. "Lección" aprendida, se traduce en una legión de expertos dispuestos a resolver desde la comodidad del hogar casos reales que se ventilan en los medios noticiosos. La frase "el conocimiento es poder" hoy le hace más sentido a los televidentes/detectives.
"Eso ha pasado por años", dice el capitán Rafael Rosa, del Centro de Investigación Criminales (CIC) de Bayamón, sobre la influencia recíproca entre las series, los maleantes y la labor policiaca. "Muchas cosas que he visto en las series han pasado".
"Por ejemplo, en televisión vi una vez un escape de una cárcel con un helicóptero y luego, ¿no ocurrió eso en Río Piedras?", cuestiona el capitán Rosa aludiendo a una legendaria fuga ocurrida en el 1991 -La gran fuga- en la que un helicóptero aterrizó en el patio interior de Oso Blanco, como se conocía la Penitenciaría Estatal de Río Piedras, y se llevó a tres reos.
"Ahora bien, si altera o no el trabajo de nosotros, eso es relativo".
El investigador policiaco puntualiza que los programas televisivos sobre crímenes y detectives que los resuelven son explícitos a la hora de instruir sobre cómo alterar escenas de crimen para...
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