Gares piratas: 'Made in USA'

QUEBRADILLAS.- Desde que la franquicia de los Piratas regresó al Baloncesto Superior Nacional (BSN) en el 2009, su éxito en una década se puede definir con una fórmula específica: la apuesta a los armadores importados.Bases estadounidenses como Marcus Williams, Cliff Hammonds, C.J. Bruton, Dee Brown, Darius Washington, Kevin Lisch y Terrell "Tu" Holloway han guiado al quinteto del Guajataca a ganar dos campeonatos (2013 y 2017), a estar presente en cuatro finales y a encontrarse en su tercera semifinal al hilo en los pasados 10 años."Nos dio la viabilidad de soñar con ganar un campeonato en una franquicia pequeña", expresó Gabriel Miranda, gerente general de los Piratas por nueve años y autor intelectual de la receta.Sin embargo, este no era el plan original cuando los Criollos de Caguas pasaron a convertirse en los Piratas. Con la inauguración del coliseo Raymond Dalmau, Miranda quería firmar a un armador nativo de impacto y apuntó a Christian Dalmau, hijo de la leyenda pirata, y quien al final decidió jugar con Bayamón.Esto llevó a Miranda a buscar un base refuerzo, ya que tuvo el compromiso del centro Peter John Ramos desde el saque."Vimos que la movida más viable en aquel momento, por el aspecto económico, era traer a un importado en la posición uno, ya que teníamos un centro nativo. Lo hicimos con Marcus Williams, que fue un fenómeno", recordó Miranda a El Nuevo Día.Williams, quien jugó con la Universidad de UConn y fue selección número 22 de la primera ronda del sorteo de la NBA por los Nets de Nueva Jersey en 2006, guió a los Piratas a la postemporada. En la fase regular promedió 15.6 puntos, 8.6 asistencias y 4.7 rebotes, y en los cuartos de final elevó su media a 25.0 unidades, antes de abandonar a los corsarios para firmar con los Grizzlies de Memphis.Quebradillas lo reemplazó con Hammonds. Aunque no tuvo el mismo impacto de Williams, fue vital para que los Piratas alcanzaran la final, antes de caer en seis juegos frente a Bayamón.Más económicosOtro factor para que Miranda apostara a Williams y Hammonds fue el aspecto económico. "Luego de eso notamos que los mejores armadores nativos, en aquel momento, sus sueldos estaban en los $140,000 y $150,000 con bonos, y solamente los podían pagar franquicias como Santurce, Bayamón, Ponce, y Arecibo. Un refuerzo nos salía más económico, en los $50,000", precisó.Así las cosas, la contratación de armadores norteamericanos se convirtió en una filosofía. En 2010 y 2011, Quebradillas se...

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