Hipnótica historia de amor oscuro

La enorme ceiba aún sombrea la casa desde donde un coro de ladridos recibe al visitante. Echo de menos la iguana que -cuando visité hace varios años a Mayra Montero para otra entrevista- era una mascota favorecida. Los gatos aparecieron luego (¿los mismos?). Lo que no cambia es la sonrisa acogedora de la escritora más exitosa y prolífica de Puerto Rico.La cubano-boricua ha aunado a las dos Antillas en las que ha transcurrido su vida -y a las otras- en novelas poderosas que exploran los entresijos de este Caribe nuestro. En "La mitad de la noche", recién publicada, parte de la acción sucede en Cuba, la otra parte en Biarritz, al sur de Francia.Hablamos de esa novela hipnótica que agarra al lector desde el comienzo, introduciéndolo en un mundo de espejos (y espejismos) cambiantes.En esta novela se cruzan historias violentas con secretos de familia. ¿Obedece la trama a algo que presenciaste, o algo que leíste o imaginaste?—Tenía en mente, al empezar a escribirla, el desafío sicológico de una madre que decide matar a sus hijos, pero pensaba en otros personajes, que no eran vascos. Todo cambió cuando llegué a Biarritz para un congreso literario. Cuando me paré allí y vi la playa y las rocas, dije: ‘aquí tiene que ser, aquí tiene que ocurrir esto’.¿Llevabas mucho tiempo pensando en la novela?— Las novelas tienen un período de incubación. Estuve investigando para esta desde 2011; en Biarritz compré muchos libros sobre la II Guerra Mundial y la ocupación alemana de la ciudad, entre ellos uno sobre los nombres que tenían entonces las calles. Leí sobre los judíos que llegaban allí para seguir luego a España y América, sobre el bombardeo de 1944. Estuve en Port Vieux, vi las casetas de la playa. Fui con Jorge, mi marido; él supo de la novela y me decía, ‘Apúrate a escribirla para que yo pueda leerla’. (Jorge Merino murió en 2013, sin ver publicada la novela.)El tema de una madre que asesina a sus hijos es tremendo.—Aquí es una venganza, pero resulta que hay muchos casos. Generalmente se trata de un desequilibrio; entrevisté a un siquiatra que me proporcionó estadísticas sobre el por ciento de mujeres que sufre de depresión posparto. Entre ellas un pequeño por ciento matará.¿Tuviste algún modelo para los personajes: Magdalena, la madre asesina; su marido y sus padres; Elsa, la hija sobreviviente?— No tuve modelos, pero los veía físicamente mientras escribía. Cuando decidí que la acción ocurriría en Biarritz me pregunté de dónde serían esos personajes...

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