NUESTRA HORA DE LA VERDAD

JORGE JUNQUERA

VICEPRESIDENTE DE LA JUNTA DE DIRECTORES DE POPULAR

De igual forma que demostramos ser capaces de unirnos cuando estábamos contra la pared y tomamos las medidas necesarias para abortar la degradación del crédito (que no fueron bonitas, pero lograron su propósito), ahora nos toca el momento histórico de diseñar un plan económico a largo plazo, pero es ya.

Dado la fragilidad de la economía y la usual dificultad para cobrar las contribuciones, no es irrazonable concluir que en los próximos seis a 12 meses encontremos que las proyecciones en los recaudos de Hacienda no se materialicen, lo que significaría que el déficit presupuestario del 2014 sería mayor y las expectativas para el siguiente año empeorarían.

¡Ooops! De vuelta a la pelea con las agencias clasificadoras que nos amenazarían otra vez con la degradación a chatarra. En ese momento, ¿Aumentaríamos de nuevo las contribuciones o reduciríamos drásticamente los gastos gubernamentales? Probablemente no, ya que para entonces estarían cerca las elecciones del 2016.

Es indispensable que para entonces estemos listos para discutir con nuestros acreedores un plan económico sólido, que tome en cuenta nuestros verdaderos recursos, incluya a toda la población y esté fundamentado en una filosofía económica que nos haga competitivos globalmente, lo que ocurriría cuando el capital privado y la gente vuelvan a interesarse por invertir y vivir aquí.

Para explicar la situación actual, debemos entender nuestro éxito económico pasado. ¿Qué hicimos diferente durante casi medio siglo para que nuestro estándar de vida superara al de todo el Caribe y Latinoamérica? Y, ¿qué nos paso para haber caído en una recesión que aparenta ser invencible?

Hay condiciones especiales que han ayudado a impulsar la actividad económica de forma suplementaria, incluyendo las transferencias federales, que benefician directa o indirectamente a toda la población y que se han convertido en una parte esencial de nuestro sistema económico, al punto que representan unos $16,000 millones anuales o 28% del gasto de consumo total.

Nuestra relación con EE.UU. nos ha dado ciertas ventajas contra otras jurisdicciones competidoras y lograron que la manufactura se convirtiera en nuestra principal fuerza económica.

Además, los gastos del sector público han sido una locomotora de actividad económica y hay que reconocer la gran aportación del gobierno en la construcción, el sector laboral y el consumo, ya que es el mayor...

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