Iguanas frenan el repunte de la agricultura

La industria agrícola, que comenzó a resurgir tras el devastador paso del huracán María, batalla contra un mal que amenaza con revertir todo lo que se ha avanzado en los pasados casi tres años: las iguanas verdes o gallinas de palo.Sin reponerse aún de las pérdidas causadas por el ciclón, que el Departamento de Agricultura estimó en más de $2,000 millones, agricultores de diferentes municipios ven sus cultivos destrozados por las iguanas, una especie exótica sin depredador natural en Puerto Rico.Entre ellos está Alana Toro Ramos, quien, a una semana de María, comenzó su proyecto de siembra familiar en Cabo Rojo, con la esperanza de distribuir diversos cultivos en su pueblo. Nunca imaginó que, inmediatamente, las iguanas llegarían a robarle ese sueño.Reconoció, sin embargo, que, hace poco más de 10 años, se pronosticó que en la isla habría más de cuatro millones de iguanas. "Así que, de cierta forma, se había anticipado que esto iba a ser un gran problema para el sector agrícola", dijo.En 2009, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) catalogó a esta especie, cuyo nombre científico es Iguana iguana, como una plaga, y autorizó a los afectados -como los agricultores- a exterminarlas."Con la ayuda de compañeros de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y agricultores del área, hemos desarrollado unas técnicas que estamos utilizando para controlarlas, pero, aun así, se nos hace bien difícil, ya que no podemos sembrar, procesar y matar iguanas, todo nosotros (dos personas), solos en esta finca", agregó Toro Ramos, quien trabaja la finca junto a su colega Omar Colón.Entre los métodos que utilizan los agricultores para controlar a las iguanas se encuentran el uso de mallas para proteger los cultivos, repelentes naturales, rifles de caza y hasta perros."Las mallas son una barrera que ayuda mucho, pero las iguanas buscan la manera de llegar a los cultivos. Sin embargo, los perros son bien efectivos cazando iguanas y, a veces, te atrapan hasta el 80%, pero el problema es que, si la iguana ya se encuentra dentro de nuestros cultivos y el perro las acecha, pues pueden contribuir a la destrucción de la siembra y, en esos casos, es un gran problema", explicó.Para Toro Ramos, que tiene una maestría en Microbiología, el problema de las iguanas "es un reto bien serio para el sector agrícola", que está tratando de resurgir y que, de por sí, "es un negocio que está colgando de un hilo".Las iguanas, naturales de Centro y Suramérica y que, por lo...

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