La ilusión del primer noviazgo

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

"Yo sé que mis sentimientos no van a cambiar. Estoy enamorá hasta el tope, yo lo amo tanto... es que es tan bello", dice entre suspiros la jovencita, quien ya ha tenido varios encontronazos con sus progenitores debido a la intensidad con que defiende su amor de adolescente.

"Ella es muy buena estudiante y nunca había dado problemas. Pero de un tiempo a esta parte está en una nube, se pasa hablando con él por el celular y hasta he tenido que quitárselo debido a que la he sorprendido a altas horas de la noche conversando con él", cuenta la madre, quien prefiere no identificarse.

Ese no ha sido el único problema. Alicia cree que su madre la controla demasiado. Por ejemplo, dice molesta, no la deja ir sola al cine con su novio y tampoco permite que vaya a fiestas o actividades con él, aunque vayan otros padres. "Ella no confía en mí", se queja la joven. Pero la madre no lo cree así.

"Si va a una fiesta, yo la llevo y me quedo aunque sea en el estacionamiento. Si no le gusta, lo siento. Y al cine, lo más que puedo hacer es que ellos vayan a una sala y yo voy a otra, cuando termine la tanda, nos encontramos. Pero no voy a permitir que salga sola. No es que no confíe en ella, es que son dos adolescentes y hay que supervisarlos. Esas son las reglas", dice con contundencia la madre.

La situación de esta adolescente y su madre no es única. De hecho, es posible que sea el pan diario de muchos padres de jóvenes que, a temprana edad, descubren el primer amor y la ilusión que esto conlleva. Pero también se puede convertir en un dolor de cabeza para los padres que no saben, no entienden, o no quieren lidiar con todas las situaciones que se dan con la llegada de ese primer amor de adolescente.

"El asunto del noviazgo (de adolescentes) se convierte en una ilusión fabulosa. Pero trae sus pros y contra", opina la psicóloga clínica Griselle Rodríguez, tras destacar el hecho de que en la adolescencia los jóvenes comienzan a afiliarse más con sus pares y la opinión de ellos cuenta más que la de sus padres. Y ahí es cuando pueden comenzar las discusiones y los problemas entre padres e hijos.

Sin embargo, la psicóloga señala que es una etapa en la que los padres tienen que estar muy presentes y disciplinar si hace falta.

"Todos los estudios indican que padres más restrictivos tienen más éxito que los que son permisivos. Tampoco es que te vayas a un extremo. Pero la realidad es que un hijo al que se le permite todo y no se le restringen algunas cosas, no se siente amado y en la adolescencia se sienten perdidos. Y durante esa época del primer amor, si los padres no están pendientes, vienen los problemas y las conductas de riesgo", advierte Rodríguez, quien recomienda el "método" de "tira la soga y recoge la soga". Es decir, que no le prohibas las experiencias amorosas típicas de la adolescencia, pero al mismo...

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