Inquietud industrial

La incertidumbre de cuándo el gobierno estadounidense dejará de conceder a las multinacionales con operaciones en la isla un crédito federal por lo que pagan aquí a través del arbitrio de Ley 154 de 2010, inquietaba ayer a los sectores económicos e industriales del país."Si se elimina para mañana (a corto plazo), se complica el asunto. Si se puede planificar y hay una transición de algunos años, el impacto puede ser menos", sostuvo Kenneth Rivera, presidente interino de la Asociación de Industriales y expresidente de la Cámara de Comercio.La Ley 154 es la que impone el arbitrio de 4% que pagan las fábricas foráneas aquí. El tributo deja al erario unos $1,800 millones anuales, lo que representa cerca del 20% del presupuesto del gobierno central.La creación de este arbitrio en 2010 no tuvo efecto económico en la gran mayoría de las empresas foráneas en Puerto Rico porque podían descontar el dinero que pagaban de sus contribuciones sobre ingresos federales. Es decir, lo que pagaban en impuestos en Puerto Rico se lo descontaban en EE.UU. Ese descuento es lo que se quiere quitar.El asunto tiene el potencial de provocar que algunas de las fábricas en la isla comiencen a generar pérdidas o ganancias menos competitivas que otras jurisdicciones con actividad manufacturera similar, coincidieron expertos consultados a en materia económica y contributiva."Si las empresas no pueden tomar esta deducción, puede que haya una merma en la producción local para la exportación, se reduzca la inversión foránea directa y limite cualquier otro plan de expansión de las empresas", explicó el economista Antonio Fernós Sagebién.Una merma en la producción, en la mayoría de estos casos, implica cierres de líneas de producción y la pérdida de empleos. Y, en este caso, se trata de los trabajos más remunerados en la isla.La principal actividad manufacturera foránea en Puerto Rico responde a fábricas de productos farmacéuticos, dispositivos médicos, biotecnología y electrónica, explicó el también economista, Gustavo Vélez."El impacto puede ser distinto. Si la empresa matriz de la fábrica es, digamos, de Alemania (no de EE.UU.) pues puede que el cambio no tenga efecto, pero, en otros casos, puede tener un efecto económico significativo", explicó Rivera, quien es contador público autorizado. Otro factor a considerar, indicó el contador, es el margen de ganancia de la fábrica y su capacidad de soportar el cambio contributivo manteniendo su competitividad en la manufactura...

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