Pequeños intereses

MARIANA IRIARTE

ESTUDIANTE DE LA ESCUELA DE DERECHO DE LA UPR

Nociones de justicia básicas afirman que el tejido social tiene cura. Básicamente abogan por la consecución de arreglos institucionales más equitativos. Es decir, no podemos pensar que sea justo que el 10% de la ciudadanía, que según el economista Gustavo Vélez es el porcentaje de empresarios del país, retenga para sí una proporción exorbitante de los ingresos brutos de la Isla. Esta desigualdad en el ingreso se reproduce en el resto del entramado social: el 10% tienen mayores y mejores oportunidades educativas y culturales; el 10% tiene mayores y mejores servicios de salud; el 10% está fuertemente custodiado por grandes redes de seguridad de urbanizaciones cerradas que simulan otro país; el 10% tiene mejor y mayor acceso a los tribunales a través de costosos bufetes de abogados y así podríamos seguir enumerando. No hay duda que el 10% de la ciudadanía vive mejor. ¿Y el otro 90%?

El otro 90% parece ser que representamos los sectores improductivos del país. Quizá, la mayoría asalariada represente en el imaginario de algunos un tipo de ciudadanos de segunda clase. Esta es la premisa inarticulada que subyace a muchos análisis que encuentran en la protección de la clase empresarial y patronal del país la solución a la crisis...

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