Los invencibles

Está a punto de empezar el que quizás sea el capítulo más doloroso de esta larga pesadilla de crisis fiscal en la que hemos estado enredados ya por más de diez años.El próximo presupuesto va a contener los primeros recortes a las pensiones de tres de cada cuatro retirados de gobierno. Más de 100,000 boricuas de la tercera edad, en el momento en que menos pueden valerse por sí mismos, van a recibir recortes de entre 5% y 25% de su cheque mensual.Se oponen el gobernador Ricardo Rosselló y la Legislatura. Se oponen casi todos (algunos significativamente no se han expresado con total claridad) los líderes del Partido Popular Democrático (PPD). Se oponen los legisladores del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Se oponen sindicatos y otras organizaciones. Se opone, vamos, todo el que tiene sangre en las venas.Nada de eso importa. La ley no tiene alma y, en este tema de las pensiones, la ley es la de los mercados de valores de Estados Unidos.Explicarlo a grandes rasgos es relativamente sencillo: cuando el fondo del que se pagan las pensiones empezó a vaciarse -porque estaba mal diseñado desde el principio y porque a veces se usó para otros propósitos-, los gobiernos, en vez de hacer ajustes en las aportaciones o en los beneficios, empezaron a tomar prestado para tratar de volverlo a llenar.Fueron inversiones muy malas, por las que quizás debía haber gente en los tribunales, aunque no la hay. Por eso, el fondo volvió a vaciarse muy rápido, ya no se puede volver a arreglar tomando prestado y hoy hay demasiada gente pendiente de lo poco que queda ahí.Las leyes financieras de Estados Unidos dicen que los que prestaron dinero para el pote de las pensiones tienen prioridad sobre los pensionados con respecto a lo que queda en dicho pote. En otras palabras: los bonistas, incluyendo los buitres, tienen más derecho a ese dinero que nuestros queridos pensionados.Bajo esas reglas, sabiendo que si esto se iba a pique el prestamista tenía prioridad sobre el pensionado, jugaron nuestros gobiernos y perdimos. Lo malo es que la consecuencia no la pagan quienes tan irresponsablemente actuaron. La paga "Míster Cruz", el ficticio maestro del que se habló hace un par de semanas en esta columna, a quien, en las postrimerías de su vida, cuando más necesita, por ejemplo, para medicinas, le van a tumbar tremenda tajada de su pensión.Da mucho dolor que esto esté pasando. Y da mucho dolor también ver a la clase política que causó este problema no parece tener ni...

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