Una Isla asediada por el ruido

Por Marga Parés Arroyo

Mpares@elnuevodia.com

Pero, cuidado: cuando el ruido se convierte en un sonido indeseable y perturbante podría estar violando una ordenanza municipal, un reglamento ambiental o hasta cometiendo un delito.

Solo en la Junta de Calidad Ambiental (JCA), de las aproximadamente 4,000 querellas que se reciben anualmente unas 400 son por problemas de ruido, usualmente por el escándalo que emiten las plantas eléctricas o por el disturbio de otro tipo de maquinaria.

Sin embargo, según explicó José Alicea, director del Área de Control de Ruido de la JCA, hay una serie de situaciones en las que esta agencia no tiene injerencia, como por ejemplo, el ladrido del perro del vecino, las griterías en su vecindario o el ruido que emiten los carros (bocinas, motores, adaptaciones al muffler u otras partes del vehículo) cuando estos transcurren por las vías públicas. En estas instancias es la policía estatal o municipal la que debe intervenir a través de la Ley de Delitos contra la Paz Pública, estatuto que data del año 1940, o ordenanzas municipales.

La JCA define contaminación por ruido como cualquier emisión de sonido que afecte adversamente la salud, la seguridad de los seres humanos, la propiedad o el disfrute de la misma. Mientras, el ruido es un sonido indeseable o perturbante que afecta sicológicamente y físicamente al ser humano.

Según el antropólogo Jorge Duany, la cultura del puertorriqueño suele tener cierta tolerancia al ruido, incluso, tienden a usar el ruido y la música para atraer la atención, especialmente en eventos artísticos, deportivos y políticos.

"En la cultura puertorriqueña la línea entre el espacio privado y público es muy borrosa, contrario a otros países, donde impera la privacidad, la voz baja y suelen estar alejados del ruido", dijo.

Como ejemplo, mencionó cómo muchos, en espacios públicos, ya sea la fila del banco, la cafetería o el centro comercial, divulgan asuntos privados, a viva voz, a través del celular, sin ningún decoro en que otros lo escuchen.

"La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el nivel de ruido no sea mayor de 55 decibeles para no generar grados de molestia, como trastornos del (patrón de) sueño, malestar general y dolor de cabeza, entre otros efectos a la salud", recalcó Alicea.

Puerto Rico, sin embargo, parece ser un país ruidoso a juzgar por muestras de los niveles de sonido registrados en varios puntos de la Isla. A través de sonómetros -instrumentos usados para medir...

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