La Isla de las inundaciones

Por Gloria Ruiz Kuilan y Brunymarie Velázquez

puertoricohoy@elnuevodia.com

La práctica de construir en terrenos inundables, de alterar el curso de cuerpos de agua, no darle mantenimiento a las estructuras que se construyen para mitigar, así como el desparrame urbano y el calentamiento global - que ha provocado significativos cambios climáticos y una mayor precipitación de lluvia - también contribuyen a hacer añicos los planes de mitigación de los gobiernos estatal y el federal.

Ese desfase resulta en un continuo aumento de la erogación de fondos para prevenir desastres y para pagar la reparación de daños luego de los eventos atmosféricos. Desde el 1989, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) le ha asignado sobre $3,000 millones a Puerto Rico a través de declaraciones presidenciales de desastre.

Solo para inundaciones, desde el 1978 se han asignado más de $120 millones para compensar las pérdidas de personas aseguradas y, el año pasado, en seguro de inundación, FEMA pagó $3 millones, explica Alejandro de La Campa, director de esa agencia en la Isla.

Entre 1989 y 2012, la Isla recibió $284 millones para proyectos de mitigación de inundaciones, lo que representó un 10% de los fondos de FEMA.

A pesar de todos esos fondos, el país continúa con una alta vulnerabilidad a sufrir daños por el paso de eventos atmosféricos debido a diversos factores. Uno de estos es la construcción de estructuras en lugares inadecuados, lo cual se refleja, cada vez más a menudo, en la inundación de áreas que antes no eran inundables.

"Las construcciones nuevas podrían estar afectando. El concreto no ayuda a la absorción de las escorrentías. La lluvia que cae es absorbida por el suelo. (Pero) al tirar concreto o brea no ayuda a que se absorba, baja el nivel de absorción de los suelos. Toda la lluvia que cae se va a convertir en escorrentía y esto puede provocar inundaciones repentinas. Por eso es que vemos las advertencias de inundaciones en áreas urbanas, en áreas que no se inundaban antes", afirma el meteorólogo Ernesto Morales.

La severidad del problema se refleja en que la mayoría de las emergencias declaradas en Puerto Rico "no han sido por huracanes o tormentas sino por una simple onda tropical combinada con una vaguada. Es la mezcla perfecta para una declaración de emergencia", dice el director de operaciones Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias, Oscar Sotomayor.

A esto se une el desparrame urbano, la falta de un Plan de Uso de Terrenos...

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