Justiz, ya se hace justicia

Hace años que se repite lo mismo: los baloncestistas cubanos son atléticos y corajudos, pero no van a la par con el conocimiento de sus entrenadores, particularmente en su Equipo Nacional, que el domingo pasado fue apaleado por Puerto Rico en La Habana.

Desde 2014, cuando debutó en su Seleccionado, su pívot Javier Justiz, de 6-11 y brazos largos como remos, enseguida demostró que es un diamante sin pulir: veloz, saltador, buenas manos para el tiro de zurda y los pases, facilidad para los rebotes y mucho temple, con carácter que destila nobleza.

Sin embargo, comenzó a practicar el deporte de las canastas con 9 nueve años en su ciudad natal, Santiago de Cuba, y a medida que crecía en cuerpo se achicó un poco su aprendizaje porque el mal de su país es que no ha podido tener un núcleo de técnicos en cualesquiera de sus categorías que muestre sapiencia en fundamentos básicos y lo pueda transmitir a prospectos como Justiz, que en el Centrobasket de 2016 en Panamá promedió 14.4 puntos y 6.8 rebotes.

Pero además fue escogido el mejor centro de la Liga Nacional de Argentina, con el club Estudiantes Concordia, en 2016-17, mientras sus compañeros...

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