Sentencia de Tribunal Apelativo de 28 de Febrero de 2014, número de resolución KLAN201301120
| Emisor | Tribunal Apelativo |
| Número de resolución | KLAN201301120 |
| Tipo de recurso | Apelación |
| Fecha de Resolución | 28 de Febrero de 2014 |
| | | Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de San Juan Civil Núm.: K DP2009-0351 (805) Sobre: Difamación, daños y perjuicios, interferencia contractual |
Panel integrado por su presidente, el Juez Morales Rodríguez, el Juez Figueroa Cabán y el Juez Rivera Colón.
Morales Rodríguez, Juez Ponente
SENTENCIA
En San Juan, Puerto Rico, a 28 de febrero de 2014.
Los hechos de este caso, según dirimidos por el Tribunal de Primera Instancia son los siguientes.
El dermatólogo residente en Miami, Florida, Blas Reyes López colecciona arte desde los dieciséis años de edad. Posee obras de artistas puertorriqueños, cubanos y de amigos pintores. Conoció al aquí demandante Benjamín García Borges entre el año 2002 o 2003 en una galería de una amiga artista de nombre Bárbara. García Borges, corredor de bienes raíces se ha dedicado a la compra y venta de obras de arte por los pasados quince años.
El doctor Reyes visitó en dos o tres ocasiones a García Borges en su residencia en San Juan. En una de esas vistas vio colgada en la pared la pintura El Abrazo atribuida a la autoría del maestro Agustín Marín. Decidió adquirirla junto a las pinturas El Llanto y La Mujer todas atribuidas al maestro Marín. Por las tres obras pagó cerca de $105,000.
Para el mes de julio de 2007, el dermatólogo se encontraba en su residencia en Miami donde recibió la visita del corredor de obras de arte Alejandro Alfonso. Este era dueño de una galería de arte. En una subasta de arte puertorriqueño, el doctor Reyes le había comprado otra obra del maestro Marín, Féminas Gráciles. El doctor Reyes aprovechó la visita del corredor Alfonso para mostrarle las fotografías de las pinturas que acababa de adquirir. Alfonso opinó de inmediato que la obra El Abrazo era falsa. A partir de allí, el doctor Reyes López y García Borges iniciaron gestiones para verificar la autenticidad de las obras.
A mediados del mes de agosto de 2007, Reyes López viajó a Puerto Rico a pasar unos días con su familia. García Borges había tomado contacto con la esposa de un anterior dueño de las obras, Rosa Rivera. El galeno, el corredor y la anterior dueña se trasladaron a la residencia del pintor. El maestro estaba en una delicada condición de salud. Les recibió una persona a cargo de su cuido. Reyes López recordó que Rosa Rivera fue quien primero se acercó al pintor. Sostuvieron una breve conversación. Esta persona no fue testigo en este caso. No pudo localizarse durante el proceso de descubrimiento de pruebas. Rivera le preguntó al pintor por su salud. Le contestó, bien. Luego de un brevísimo diálogo, Reyes López le preguntó al artista si le permitía tomarle unas fotografías, le colocó en el pecho las fotografías de las tres obras objeto de la controversia y tomó el retrato.
Reyes López le comentó al artista que conocía a sus dos hijos Marcos y David y a su exesposa Bernadette Borroto. Llamó a ésta desde la habitación y la comunicó con el maestro. Recordó que el pintor le dijo a Borroto tanto que te molesté porque eras cubana y la que me cuida es cubana. El doctor Reyes López declaró que no le preguntó al pintor si las obras eran de su creación porque estimó que hubiese sido imprudente. Confesó que se arrepiente profundamente de no haberlo hecho.
Eventualmente la hija del artista, Ivelisse Marín Carle se encontró en un restaurante en Miami con Bernadette Borroto. Allí se enteró de la compra de los tres cuadros por el doctor Reyes López y que éste había visitado a su padre. En un acto espontáneo Borroto, quien era paciente del doctor Reyes López, lo llamó. Es así que el comprador de las obras le contó por teléfono a la hija del maestro sobre la visita. Omitió mencionarle la toma de fotografías. Marín Carle le preguntó cómo había logrado acceso a la casa. Él le explicó y le pidió que no se preocupara; que la visita había sido normal, sin incidentes.
El 15 de octubre de 2007, García Borges le envió por correo a Reyes López fotografías de las pinturas adquiridas por él. El Abrazo fue acompañada con un certificado de 3 de julio de 1999; El Llanto con un certificado de 8 de julio de 1999; La Mujer con un certificado de 3 de marzo de 1999. Todos los certificados estaban suscritos por el pintor Marín. Incluyó las dos fotografías del artista encamado con la foto de las pinturas en el pecho sujetadas por Reyes López. Pero el maestro Marín, según acredita su pasaporte, estuvo de viaje en Europa desde el 3 de julio al 8 de julio de 1999, fechas que tienen dos de los certificados que acompañaban las fotografías.
Las certificaciones de la autenticidad de las pinturas no satisficieron al doctor Reyes. Tiempo después él decidió enviarle a Marín Carle, por correo electrónico, las fotografías de las tres obras y los certificados de autenticidad que le remitiera García Borges. Marín Carle fue apoderado por su padre para el manejo y conservación de su obra. Colaboró en el diseño y creación del libro Marín: Las Formas de la Existencia. Es la autora de más de veinte catálogos y ha tenido a su cargo exhibiciones de retrospectivas del maestro.
Ayudó a su padre en la curaduría de sus obras por más de veinte años. Tuvo además la oportunidad de mirar y observar a su padre escribir y firmar documentos en incontables ocasiones. El maestro Marín escribía poemas y su hija los recopiló en un libro. La letra de su padre, sus características y molde le resultan familiares. En síntesis la demandada Marín Carle está calificada por su formación, experiencia y familiaridad para evaluar la autenticidad de obras de Augusto Marín y verificar la autenticidad de su letra y su firma. Consta en autos que el 4 de febrero de 2003, el maestro Augusto Marín otorgó un Poder General a su favor, ante el notario Emilio A. Soler Mari, concediéndole entre otros deberes y facultades, la administración de sus bienes y los derechos de su obra artística, incluyendo los derechos de reproducción y los derechos de su firma. Está autorizada a certificar las obras del maestro.
Cuando el doctor Reyes López le remitió a Marín Carle las fotos, ella le contestó que no le gustaban y le parecían falsas y dudosas las pinturas. El doctor Reyes procedió a enviarle las pinturas a Puerto Rico por correo. Para el mes de junio de 2008 se trasladó a San Juan para reunirse con ella. El encuentro tuvo lugar en las oficinas de Marín Carle. Estaban presentes su esposo Francisco Medina Sustache, el doctor Rubén Alejandro Moreira y el abogado Robert Freedman. El doctor Moreira es profesor de Historia del Arte en la Universidad de Puerto Rico y calificado como experto en la obra de Augusto Marín. La señora Marín Carle y el doctor Moreira procedieron a evaluar detalladamente las obras. Concluyeron que no eran de la autoría del maestro. Reyes López dejó las obras bajo el poder de Marín Carle con el objetivo de que se le realizaran ulteriores estudios científicos sobre su composición físico-química. El médico cofinanció el estudio.
El 2 de marzo de 2009, García Borges presentó la demanda original a la que se refiere esta apelación. Allí alegó:
El demandante durante el mes de junio de 2007, le vendió a uno de sus clientes que reside en la ciudad de Miami en el Estado de la Florida, la Obra titulada El Abrazo pintada por el reconocido artista puertorriqueño Augusto Marín con su correspondiente certificado de autenticidad firmado con el puño y letra del pintor.
Durante el mes de julio de 2007, el demandante le vendió dos (2) obras más al mismo cliente también del afamado artista.
Sorpresivamente, a finales de abril de 2008 la demandada llamó vía telefónica al cliente del demandante para indicarle que le enviara toda la documentación de las tres Obras que había comprado debido a que la demandada, Ivelisse Marín Carle, a pesar que ella ni tan siquiera había visto las Obras en persona, le indicó que ella pensaba que dichas Obras no eran auténticas.
Algunos días después de dichas conversaciones telefónicas, el cliente viajó a Puerto Rico y trajo consigo las tres Obras.
Una vez llegó a Puerto Rico, el cliente le llevó las Obras y se reunió con la demandada, Ivelisse Marín y su esposo, un señor Moreira y dos abogados.
En esa reunión la demandada le indicó al cliente del demandante que ninguna de las tres (3) Obras era auténtica.
Una vez la demandada se aseguró que dichas Obras eran falsas, el cliente del demandante le dejó dichas Obras (3) bajo la custodia de la demandada.
Luego de dicho incidente, el demandante en una conversación telefónica con otro de sus clientes que también reside en la ciudad de Miami y amigo del otro cliente, antes mencionado, le indicó al demandante que se había enterado de las alegaciones de la demanda sobre las supuestas falsificaciones y que por ello no le compraría otras obras autoría de Augusto Marín a éste.
Posteriormente, en el mes de septiembre de 2008 el demandante tenía exhibiéndose otra obra también pintada por Augusto Marín titulada La Mujer en la Galería Obra de José Alegría.
El propietario de dicha Galería tenía vendida dicha Obra y así se le informó al demandante.
Por su parte, después de negociada dicha Obra, el propietario de la Galería se comunicó vía telefónica con la demandada y ésta le indicó, sin tan siquiera haber visto dicha Obra en persona, que la Obra que éste estaba vendiendo era falsa. Posteriormente, en una reunión en la Galería la demandada le indicó además que las obras que estaba vendiendo el demandante son falsificaciones...
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