Sentencia de Tribunal Apelativo de 11 de Diciembre de 2015, número de resolución KLAN201500151

EmisorTribunal Apelativo
Número de resoluciónKLAN201500151
Tipo de recursoApelación
Fecha de Resolución11 de Diciembre de 2015

LEXTA20151211-001-

ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO

TRIBUNAL DE APELACIONES

REGIÓN JUDICIAL DE CAROLINA Y GUAYAMA

PANEL VIII

EL PUEBLO DE PUERTO RICO
PARTE APELADA
V
JULIO A. CHARLES ROMÁN
PARTE APELANTE
KLAN201500151
Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de Guayama Caso Civil: GIS2014G0005; GIS20140006; GLE2014G0062 SOBRE: Art. 58 Ley 246 Ley Seguridad, Bienestar y Protección de Menores

Panel integrado por su presidenta, la Jueza Varona Méndez, la Juez Rivera Marchand y el Juez Bonilla Ortiz1

Bonilla Ortiz, Juez Ponente

SENTENCIA

En San Juan, Puerto Rico, a 11 de diciembre de 2015.

I.

Comparece ante nosotros el Sr. Julio A. Charles Román (Charles, o el apelante), y nos pide que revoquemos una Sentencia dictada por el Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de Guayama (foro apelado, o foro primario), que lo encontró culpable de haber infringido los Arts. 130(a) y 133(a) del Código Penal de 2012, y el Art. 58 de la Ley 246, Ley para la seguridad, bienestar y protección de los menores (Ley 246). Por los fundamentos que expondremos a continuación, confirmamos la Sentencia apelada.

II.

El Ministerio Público presentó tres acusaciones contra Charles por hechos ocurridos la noche del 22 de julio de 2013, con la menor K.R.G. El juicio en su fondo se celebró por tribunal de derecho los días 10, 18, 19 y 30 de septiembre de 2014. La prueba del Ministerio Público consistió en los testimonios de K.R.G. y la Agte. Arelis Rosario Torres (Agte. Rosario). La defensa sentó a declarar a Charles.

La menor K.R.G. testificó que para el 22 de julio de 2013 vivía con su mamá en Peñuelas, pero ambas, junto a los dos hermanos menores de K.R.G., estaban por mudarse a Guayama, a la casa de Charles, novio de la madre.

Para esa fecha, K.R.G. tenía once (11) años, su hermana siete (7), y su hermano seis (6).

Según narró la menor, el 22 de julio de 2013, fue a Walmart de Guayama junto a su madre, sus hermanos y Charles, a hacer unas compras para la mudanza. Luego se dirigieron a la casa de este último, ubicada también en Guayama. Era de noche. Cuando llegaron a la casa de Charles, los menores se bañaron. El niño se fue al cuarto, y las dos niñas se pusieron a ver “unos muñequitos” en la computadora de la sala. La mamá le dio Benadryl a K.R.G., para tratarle una picada de hormigas, y luego fue a bañarse.

Cuando la madre entró al baño, Charles llamó a K.R.G. desde la cama donde estaba acostado y le dijo que fuera donde él, para enseñarle el juego de Candy Crush. Después que vio el juego, la menor intentó irse, pero el apelante la cogió por las caderas y le hizo lo que ella describió como una llave de Kung Fu2. Él vestía un pantalón corto negro y no tenía camisa. Ella vestía una pijama verde, la camisa tenía un osito, y el pantalón puntitos rosas.

Según relató K.R.G., Charles estaba de pie, parado al lado de la cama, cuando le hizo la llave de Kung Fu. El movimiento provocó que ella cayera en la cama. Enseguida se paró de rodillas, pero él la golpeó varias veces corridas en la frente con la palma de la mano; la cabeza le empezó a doler, se sintió un poco mareada y cayó boca arriba sobre la cama. En ese momento, Charles se le trepó encima, le aguantó las manos hacia arriba de la cabeza, y empezó a besarle la boca, cara y cuello. Ella se sintió “asquerosa”. Luego, él le alzó la camisa y empezó a chupar sus “tetitas”, jalándoselas para afuera con su boca. Se sintió “sucia” y con asco3.

No se podía mover ni decir nada. Le dolía lo que le hacía. Olía el sudor de él.

Luego de chuparle las tetillas, Charles le bajó el pantalón, mientras le mantenía las piernas abiertas. Ahí empezó a lamer y chupar duro su vagina, en la parte del clítoris. Ella se sentía sucia y con miedo. No sabía qué hacer. Luego él se paró para cerrar la puerta, que estaba entreabierta, y ella aprovechó para pararse y salir del cuarto. Charles la agarró de la muñeca, pero ella se pudo soltar. Mientras todo eso pasaba, la mamá seguía en el baño.

Una vez K.R.G. salió corriendo, Charles la llamó. Le dijo que le prestaba su teléfono, y le preguntó si quería un helado. Ella le dijo que no, y fue a su cuarto, donde se “emburujó” en la sábana. Después, su mamá entró a darle el beso de buenas noches. Ella no le dijo nada hasta la mañana siguiente.

Según la menor, la mamá le pidió que dijera que le contó lo sucedido el mismo día que fueron a denunciar a Charles, porque si decía que se lo había contado antes, las iban a separar4.

K.G.R. indicó que lo antes relatado la afectó en su manera de relacionarse con la gente. Antes era confiada, pero ahora es un poquito más dura y ya no da tanto cariño como antes.

En el contrainterrogatorio, indicó que sus notas en la escuela no se habían afectado, pero que estaba recibiendo terapias por los hechos relatados. Aclaró que en el cuarto de Charles se escuchaba el televisor prendido. Su hermana menor estaba en la sala, de espaldas a la habitación. No sabía si ella pudo escuchar lo que pasaba en el cuarto. No gritó porque tenía miedo y estaba asustada. No dijo nada porque no podía, trataba pero no le salía la voz. No se defendió porque se sentía “como paralizada”5.

Según la menor, los hechos relatados tuvieron lugar el 22 de julio de 2013. La familia se mudó a Guayama con Charles el 30 de ese mes y año.

Estuvieron ahí hasta el 28 de agosto de ese año, día en que pusieron la denuncia. En el tiempo que vivieron con Charles no vio drogas ni uso excesivo de alcohol.

Respecto a los hechos narrados, explicó que Charles le levantó la blusa con una mano, mientras que con la otra sostenía las dos manos de ella.

Dijo saber lo que era el miembro viril del hombre, o “pipí”, pero no recordaba si lo había sentido cuando él estuvo encima de ella. En la declaración jurada no usó las expresiones “asquerosa y sucia” para referirse a cómo se sintió ese día. Nadie le dijo que usara esas palabras. Tampoco dijo en la declaración jurada que Charles le había besado la cara y cuello, sólo dijo que la boca.

Se confrontó a la menor con el dibujo de un vendedor de hot dogs sonriente que hizo el día después de los hechos6.

Charles vendía hot dogs, pero K.R.G. indicó que él no era el del dibujo.

En el redirecto, la menor explicó que el día siguiente a los hechos se puso a dibujar para entretener su mente. Charles la vio y le dijo si sabía dibujar un carrito de hot dogs. Como su madre le había dicho que actuara lo más normal posible para que él no se diera cuenta, ella dibujó lo pedido.

Explicó que, con la puerta entreabierta, desde la sala sólo se podía ver el televisor. No se podía ver la cama. Sabía esto, porque eso es lo que veía ella cuando entrecerraban la puerta.

En el recontrainterrogatorio, mantuvo que la persona del dibujo no era el acusado. A preguntas del Juez, aclaró que Charles era trigueño, “medio negrito”, y que tenía ese color entre sus crayolas pero no lo usó porque no quería dibujarlo a él.

La segunda testigo del Ministerio Público fue la Agte. Rosario, miembro de la Policía hace veintiún (21) años, dos (2) de ellos en la División de Delitos Sexuales. Respecto a los hechos del caso, narró que el 29 de agosto de 2013 la llamaron por una querella bajo el Art. 3.5 de la Ley 547. Entrevistó a la señora Frances, madre de K.G.R., quien le dijo que su hija le había contado que había sido víctima de agresión sexual por parte de Charles. Luego entrevistó a la menor.

El recuerdo de la agente respecto a lo narrado por madre e hija fue el mismo que el que expuso K.R.G. en sala. Lo que varió en su relato fue la fecha en que la menor le contó los hechos a su madre. La menor le dijo a la Agte. Rosario que le había contado a su mamá el 28 de agosto de 2013, la noche previa a la denuncia. K.R.G. le dijo que ese día, temprano en la mañana, estando en la cocina, Charles se le acercó, le dijo que quería darle un besito y le abrió los brazos. Ella le dijo que no, que la soltara, y él le preguntó si le daba el besito en la barriga. Ella salió hacia el cuarto de la mamá, la despertó y le pidió que los llevara a la escuela. En ese momento no le dijo nada a la mamá, pero en la noche le contó lo sucedido, y le dijo que no aguantaba más.

K.R.G. se mantuvo llorando mientras le relataba a la Agte. Rosario lo sucedido. Según su recuerdo, hubo que parar varias veces la entrevista. La agente sostuvo que nunca había visto a una menor tan descompensada. Ella le insistía en que trató de gritar pero no le salían las palabras porque él...

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