Sentencia de Tribunal Apelativo de 15 de Febrero de 2017, número de resolución KLAN201401242

EmisorTribunal Apelativo
Número de resoluciónKLAN201401242
Tipo de recursoApelación
Fecha de Resolución15 de Febrero de 2017

LEXTA20170215-001 - Pueblo De PR v. Alexis J. Castro

ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO

TRIBUNAL DE APELACIONES

REGIÓN JUDICIAL DE CAROLINA - GUAYAMA

PANEL ESPECIAL

PUEBLO DE PUERTO RICO
Apelado
v.
ALEXIS J. CASTRO
Apelante
KLAN201401242 Apelación procedente del Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de San Juan Criminal Núm: KVI2014G0019 y otros Por: Asesinato y otros

Panel integrado por su presidente, el Juez Hernández Sánchez, la Jueza Soroeta Kodesh[1]

y el Juez Bonilla Ortiz. [2]

Bonilla Ortiz, Juez Ponente.

SENTENCIA

En San Juan, Puerto Rico, a 15 de febrero de 2017.

Compareció ante nosotros Alexis J. Castro, para solicitarnos revocar la pena impuesta por el Tribunal de Primera Instancia, Sala Superior de San Juan (foro apelado), en virtud del veredicto de culpabilidad rendido por el Jurado respecto a los tres cargos que se le imputaron. Según alegó el apelante, no se demostró más allá de duda razonable que hubiese incurrido en los hechos delictivos imputados. También sostuvo que la pena impuesta, la cual suma un total de ciento noventa y tres (193) años y seis (6) meses, es inconstitucional, además de no ser cónsona con las disposiciones de ley en torno a los delitos por los cuales se le sentenció.

I.

Por hechos ocurridos el 2 de diciembre de 2013 en el Residencial Los Laureles (el Residencial), los cuales provocaron la muerte de Eduardo Concepción Rodríguez, el Ministerio Público presentó tres acusaciones en contra de Alexis J. Castro (el apelante), por violaciones al Artículo 93 del Código Penal de 2012 (asesinato en primer grado), y a los Artículos 5.04 y 5.15 de la Ley de Armas de Puerto Rico (portación y uso de armas de fuego sin licencia, y disparar o apuntar armas, respectivamente). Los delitos se imputaron en grado de reincidencia habitual.

Tras los respectivos trámites de ley, el juicio en su fondo se vio por Jurado los días 15, 16, 19 y 21 de mayo de 2014. El Ministerio Público presentó los testimonios de las siguientes personas: Jessica Ortiz Rentas y Yaritzia Ramos Díaz, investigadoras del Instituto de Ciencias Forenses (I.C.F.); Marlon Vázquez Alvarado y Andrés Padilla Colón, agentes de la Policía; José Luis Morales Martínez, Giovanni Rivera Marty, y José A. Fournier Collazo, empleados de mantenimiento del Residencial; Magdali Cortijo De Jesús y Thalía Campos Cartagena, residentes del Residencial, ambas testigos oculares de los hechos; Aramis Agosto Vega, examinador de armas de fuego del I.C.F.; y Dra. Edda Luz Rodríguez Morales[3], patóloga forense del I.C.F. La defensa no presentó prueba a su favor.

Según surge de la transcripción del juicio en su fondo[4], en lo pertinente, las personas antes mencionadas testificaron como sigue:

· Thalía Campos Cartagena –residente y testigo ocular de los hechos[5].

La testigo, quien tenía 17 años para la fecha de los hechos, declaró en el directo que conocía a Eduardo Concepción Rodríguez del Residencial, donde para esa época llevaba dos años viviendo[6]. Lo conocía como “Güepa”, o “Bin Laden”[7].

El 2 de diciembre de 2013, alrededor de las 8:00 a.m., “Bin Laden” la llamó y le pidió que le dijera a su mamá que le hiciera café.

Ella le bajó el café al edificio nueve, al frente de la cancha. Ahí también se encontraba Migdali[8]. Thalía se sentó en el “danger”, o caja de electricidad, a esperar mientras “Bin Laden” bebía el café. En eso vio a una persona bajar por las escaleras del edificio nueve. Identificó a esa persona como el acusado presente en sala[9]. En aquel momento, éste iba vestido “[c]on un pantalón negro, como de esos de jugar baloncesto, una camisa negra con rayitas rojas y unos tenis negros”[10]. Lo vio que “[b]ajó con una bolsa, como las de Econo, con una caja de zapatos adentro”, y pasó al frente de “Güepa”[11]. Luego caminó hasta el frente de la oficina, “[t]ira la bolsa, se eñangota, coge la pistola, le apunta Bin Laden y lo… y lo mata”[12]. La pistola “era negra, con lo de abajo largo”[13]. Ella se encontraba como a 14 pies del acusado cuando presenció aquello[14].

Thalía aseguró que, después de que sucedió lo narrado, corrió a su casa[15]. Cuando llegó a las escaleras, el acusado se había montado en un carro. Escuchó una “chillada de goma”, y vio que cuando el carro llegó a la entrada, el acusado “tiró de nuevo”[16].

La joven sostuvo previo a la fecha de los hechos nunca había hablado con el acusado ni sabía quién era, pero lo había visto en varias ocasiones cuando pasaba al frente de su casa[17]. En el Cuartel lo describió como “con pelo altito como el de Tego Calderón así, ojón, bembón, y era negro”. También dijo que vivía en el cuarto piso del edificio nueve[18].

Durante el contrainterrogatorio relató que cuando vio a Alexis desde las escaleras, éste se encontraba parado en el mismo lugar que lo había visto cuando disparó[19]. Luego lo vio correr. No llevaba una pistola en las manos. Tampoco llevaba la bolsa blanca, la cual, según ella, dejó donde la tiró, al igual que la caja de zapatos[20].

Reconoció que en su declaración jurada había dicho que Migdali también le había pedido café, por lo que había bajado una taza para ella; sin embargo eso no lo dijo en su directo[21]. Además, en su declaración jurada dijo que esas dos tazas de café las había subido a su casa, y no que las personas las hubieran colocado en un murito, como declaró en el directo[22].

Dijo no haber visto que la Sra. Migdali tuviera un teléfono ni nada en las manos[23]. Además aceptó haber declarado cosas distintas relativas a las tazas de café en la declaración jurada, la vista preliminar, y el juicio[24]. También reconoció que en la declaración jurada había dicho que Alexis “se creía el mejor”, aun cuando nunca había hablado con él[25], y que lo conocía como el esposo de Wilmarie, una residente del edificio nueve[26].

Durante el redirecto repitió que cuando Alexis se fue en el carro, la bolsa y la caja de zapatos quedaron en el mismo sitio que los había tirado, pero no vio la pistola ahí[27]. Al frente de la oficina vio la caja de zapatos y la bolsa cuando bajó nuevamente de su apartamento[28].

Aseguró que Alexis mató a “Bin Laden” porque lo vio con sus “propios ojos”[29].

En el recontrainterrogatorio insistió en que cuando bajó nuevamente de su casa vio la bolsa plástica y la caja de zapatos en el sitio donde las dejó

Alexis. Para ese momento ya había llegado la Policía[30].

· Jessica Ortiz Rentas, investigadora forense.

En el directo relató que el 2 de diciembre de 2013, a las 8:49 a.m., en el I.C.F. recibieron una llamada indicando que en el Residencial Los Laureles, en el edificio nueve, había ocurrido una muerte violenta. Fue al lugar en calidad de investigadora auxiliar, y se encargó de documentar la escena en vídeo[31]. Dicho vídeo fue admitido en evidencia, así como las fotos tomadas a la escena[32]. Con ayuda de los antedichos visuales describió cómo se encontraba el occiso cuando levantaron la evidencia, y el tipo de heridas que tenía al momento de realizarle el examen[33].

En el contrainterrogatorio, dijo que ella y su compañero del I.C.F., ambos investigadores auxiliares, llegaron a la escena a las 9:30 a.m. Ninguno de los dos expandió el acordonamiento puesto por la Policía; eso lo hizo la investigadora primaria cuando llegó, después de ellos[34].

No encontró ninguna caja de zapatos en el área acordonada; no recuerda haberla visto ni haberla grabado en vídeo[35]. Tampoco recuerda haber documentado ninguna bolsa plástica, ni haber visto, en las 368 fotos que tiró su compañero, ninguna caja de zapatos[36].

Explicó que, como parte de su trabajo ese día, documentó una taza con contenido líquido de color negro en su interior, la cual se encontraba en el interior del primer piso del edificio nueve. También en esa área se documentó en vídeo y fotos varios teléfonos celulares, al menos uno de ellos en dos piezas[37]. En lo que respecta al área de estacionamiento, aclaró que no hubo evidencia que levantar. No se documentó marca de alguna goma que se hubiese quemado o chillado en ese lugar. Cuando ellos llegaron habían varios vehículos en el área de estacionamiento, y no se documentó ningún impacto de bala en alguno de éstos[38].

En el redirecto aclaró que cuando dijo que encontró la taza con el líquido de color negro en el primer piso, por primer piso se refería al “área de entrada hacia los demás apartamentos”[39]. El cuerpo del occiso se encontraba en la entrada del edificio[40].

· Marlon Vázquez Alvarado, agente de la Policía.

Según testificó en el directo, el 2 de diciembre de 2013, alrededor de las 8:15 a.m., se encontraba solo en la patrulla cuando le avisaron por radio sobre unas detonaciones dentro del Residencial Los Laureles[41].

Llegó al lugar junto con una patrulla que iba detrás de él. Estacionaron, y cuando pasaron la cancha, en la misma entrada del edificio nueve, se encontraron con el cuerpo sin vida de un caballero, cubierto con una sábana[42].

Apenas vio el cuerpo lo reconoció como “Bin Laden”[43]. Una vez verificaron que el cuerpo no tenía pulso procedieron a custodiar la escena, creando un perímetro para impedir el acceso al área donde estaba el cadáver, además de custodiar que toda la evidencia permaneciera como se encontraba[44].

Recordó que cerca del cuerpo había un teléfono celular, proyectiles y casquillos[45]. Al confrontársele con las fotos admitidas, identificó la escena de los hechos y piezas de evidencia[46].

En el contrainterrogatorio indicó que, aunque estuvo en el estacionamiento, ni al llegar ni al marcharse encontró en esa área marcas de gomas de un vehículo de motor que hubiese “chillado gomas”[47]. Tampoco encontró en esa área casquillos o fragmentos de proyectil, ni una caja de zapatos o alguna bolsa plástica[48]. En toda el área que recorrió tampoco encontró ninguna caja de zapatos ni bolsa de plástico alguna[49].

· José Luis Morales Martínez

– Empleado de mantenimiento

En el directo explicó que el día de los hechos llegó al Residencial alrededor de las...

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