Listo para aportar al béisbol desde otra faceta

Las emociones que aún está experimentando el exjugador puertorriqueño Carlos Beltrán son demasiadas, simultáneas y de gran envergadura, así como fueron sus 20 temporadas en el béisbol de Grandes Ligas.

Una liga, la mejor del mundo, de la que acaba de despedirse tras una fructífera carrera que le permitió representar a su pueblo de Manatí y a Puerto Rico con altos honores. A la vez, el béisbol también le brindó la plataforma para realizar diversas labores sociales y grabar su nombre en la memoria de los que, quizás, no lo conocían por sus actuaciones en el terreno.

Pocos olvidarán que, en su última temporada como jugador, ganó su primer y único campeonato de la Serie Mundial, a la vez que enviaba toneladas de ayudas para los damnificados que dejó el paso del huracán María por la isla el pasado 20 de septiembre.

Beltrán anunció su adiós definitivo del béisbol el pasado lunes, 13 de noviembre, tras acumular estadísticas que lo hacen, desde ya, un candidato para ser exaltado dentro de cinco años (2023) al Salón de la Fama en Cooperstown, Nueva York, donde ya figuran otros cuatro inmortales puertorriqueños: Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez.

En su carrera, amasó un salario de más de $221 millones, según la página especializada Baseball Reference. Y siempre fue desprendido con sus bendiciones, como evidencia la creación de la Carlos Beltrán Baseball Academy en el municipio de Florida.

En fin, Beltrán fue uno de los jugadores más respetados en Estados Unidos, no solo entre la afición puertorriqueña. Jugó para siete equipos en las Mayores, y superó a todos los puertorriqueños que han jugado en la historia de Grandes Ligas, incluyendo los cuatro que se encuentran en el Salón de la Fama, en total de carreras empujadas (1,587), de anotaciones (1,582), de partidos jugados (2,586) y de turnos al bate (9,768),

El impacto que causó por las últimas 20 temporadas (1998-2017) trascendió más allá del béisbol puertorriqueño, al irse de tú a tú con grandes glorias del béisbol, de todas las épocas.

Por ejemplo, Beltrán —que participó en nueve Juegos de Estrellas, ganó dos Bates de Plata, tres Guantes de Oro y fue Novato del Año de la Liga Americana en 1999—, es uno de solo cuatro jugadores en la historia del béisbol con la combinación de 2,500 o más hits, 400 jonrones, 300 robadas y un OPS de .810. También forma parte de un grupo selecto y reducido de solo cinco peloteros que conectaron 400 o más cuadrangulares y se robaron cuando menos 300 almohadillas, probando así su versatilidad como un bateador de poder que a la vez tenía cualidades atléticas como corredor.

Para cerrar con broche de oro su gloriosa carrera, obtuvo el pasado 1 de noviembre su primer y único título de Serie Mundial con los Astros de Houston.

Todavía en el marco de esa celebración y de su recién anunciado retiro, Beltrán retornó a la isla esta semana para traer personalmente más ayuda a los afectados por el huracán María, y en un paréntesis con El Nuevo Día repasó sus vivencias de las últimas dos décadas y habló de sus planes futuros.

Álex Cora (el coach de banco de los Astros) dijo, en un momento, que tú estabas más enfocado en lo que estaba...

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