Llega la luz al último sector

PONCE.- La prioridad de la niña Luana Colón Méndez, en la tarde de ayer, era ver su programa favorito de televisión: Peppa Pig.Mientras la menor de dos años miraba el televisor -que poco a poco recuperaba la imagen- sus padres, Charlie Colón Nazario y Jazmín Méndez Orsini, todavía no podían creer que su hija tendría esa oportunidad.No fue hasta ayer, casi once meses después del paso del huracán María, que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) energizó la residencia de la familia Colón Méndez y la de un vecino en el sector Raíces, del barrio Real Anón, en Ponce.Este es el último sector que quedaba por ser energizado tras colapsar el sistema con el paso del huracán María. Las residencias que faltan por energizarse en la isla grande sufrieron daños que tienen que ser reparados por los residentes. En la mayoría de los casos se trata de bases de contadores averiadas, según explicó Carlos Alvarado, jefe de operaciones técnicas de la AEE."Ya no hay más lámparas, no hay más velas ni extensiones. Ahora, las guardo y vamos a darle un break", manifestó, eufórico, Colón Nazario. A modo de agradecimiento, el hombre le daba unas palmaditas -mientras hablaba- a un generador de 2,000 vatios que ayudó a la familia de cinco miembros a sobrevivir sin energía eléctrica."¿Qué es eso?", le preguntaron a Luana, entre risas, mientras Colón Nazario prendía una lámpara en la sala de residencia de madera."La luz", contestó con picardía la niña.El matrimonio Colón Méndez, también padres de dos varones de 14 y 10 años que estaban en la escuela al momento de regresar la luz, todavía no ha recuperado el servicio de agua potable, ya que el acueducto comunitario que les suplía el líquido quedó devastado por el huracán. Sin embargo, ayer era un día de celebración.Según Alvarado, las labores de ayer implicaron la activación de 36 trabajadores, incluyendo dos pilotos y dos intrépidos celadores que hicieron su trabajo al tope de postes de 70 pies de alto. Alvarado indicó que la inmensa mayoría de las residencias que faltan por energizarse, a nivel isla, sufrieron daños que tienen que ser reparados por los residentes. Por lo general, se trata de bases de contadores averiadas.La larga espera de Colón Nazario y Méndez Orsini, quienes viven en una finca de 26 cuerdas, pudo haber llevado al borde del precipicio emocional a cualquier familia puertorriqueña. Sin embargo, en vez de...

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