Lleva el ritmo en su corazón

Su nombre sitúa sus raíces en cualquier país de habla inglesa, pero su alma está más que arraigada a la cultura que sedujo su oído desde que apenas era un jovencito.

Larry Harlow, uno de los precursores del sonido de la salsa y el primer músico en ser firmado por el sello disquero Fania, es un latino “honoris causa” porque aun cuando la sangre no lo une a esa cultura, él eligió ser parte de ella.

“Yo soy latino en mi corazón, completamente”, expresó con firmeza a El Nuevo Día en entrevista telefónica desde Nueva York, ciudad donde nació y conoció los ritmos que lo fascinaron desde pequeño.

Ese amor hacia la cultura latina se apreció incluso, cuando prefirió conversar en un español interrumpido por frases en inglés, muy a pesar de reconocer entre risas que “uf (suspira), yo no sé mucho español”.

Lawrence Ira Kahn-Sherman, nombre real del músico, nació el 30 de marzo de 1939 en el seno de una familia judía. La música la lleva en las venas.

Su madre, Rose Sherman, nacida en Ucrania, era cantante de ópera. Su padre, Nathan “Buddy” Kahn, de raíces austriacas, fue un saxofonista que tuvo que cambiar al bajo luego de sufrir un accidente en el que perdió un pulmón. Su progenitor cambió su apellido en agradecimiento al médico que lo atendió, el doctor Harlow, y tanto el director, compositor e ingeniero de sonido de 78 años, como su hermano, el también músico Andy Harlow, en el futuro hicieron lo propio.

Con la empresa disquera Fania Records produjo más de 250 álbumes, y más de 50 como director de orquesta, entre ellos la pieza “Raza latina: A Salsa Suite”, nominada a los premios Grammy en 1978.

No obstante, la pieza que más orgullo le produce al llamado “Judío maravilloso” -quien está casado con una boricua, María de Carmen Díaz- es “Hommy”, la primera ópera salsera, estrenada en el Carnegie Hall en 1973, que reunió a importantes talentos del pentagrama latino como Cheo Feliciano, Adalberto Santiago, Justo Betancourt, Pete “El Conde” Rodríguez, Genaro “Heny” Álvarez , Junior González y Celia Cruz.

Hábleme de la importancia, para usted, de ese trabajo.

Es el más importante para mí. Yo tenía la idea de grabar un elepé con un concierto, un disco en concierto. Tenía un amigo puertorriqueño que tenía una orquesta; se llamaba Hommy Sanz. Se murió hace muchos años atrás. De él tomé el nombre. Traje a Heny Álvarez para que trabajara conmigo porque era un compositor muy famoso. Le expliqué la idea, las canciones y lo que quería y Henny le puso las letras. Hice un elepé con una orquesta sinfónica de 60 músicos. La presenté en el Carnegie Hall en dos funciones totalmente vendidas, y después en Puerto Rico, en San Juan y en Ponce. Muchos éxitos salieron de “Hommy” y puso a la Orquesta Harlow en el mapa.

Vayamos un poquito más atrás. Cuénteme de su niñez, de...

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