Lluvia de inventos boricuas

Por Gloria Ruiz Kuilan

gruiz@elnuevodia.com

Pero debe ser reformado para que diga: la imaginación sin fin es la madre de la invención. De esa forma, se ajustaría a los cientos de puertorriqueños que a diario se les prende el bombillo -como se dice coloquialmente- para crear cosas útiles, curiosas e innovadoras.

Y una gama de esos inventos fue lo que capturó a los participantes del Foro de Inventores Emprendedores que realizó desde el jueves hasta ayer la Universidad del Este (UNE) en Carolina.

Allí había fertilizante natural creado con lombrices, una silla hecha de cartón que aguanta hasta 250 libras de peso, una casa solar, huertos caseros para cualquier espacio, fragancias personalizadas, masajes con luz infrarroja y fototerapia, y hasta un molino de viento con materiales reciclados.

"Este es el quinto foro de inventores. Esto empezó en el 2006 como una iniciativa de servicio comunitario y todavía conserva ese carácter", dijo el fundador del foro, el profesor de física en la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNE, Gerson Restrepo.

"Queremos ayudar a los inventores y a los emprendedores a que lleven sus ideas al próximo nivel", agregó.

El mismo Restrepo se cuenta entre los inventores. Recordó que precisamente el foro nació porque con tantas cosas que quería hacer estaba aturdido. "Me dije 'así como yo me encuentro confundido, en este mar de invención... debe de haber muchos otros'", confesó el profesor, quien ya ha creado 540 inventos.

Sin embargo, uno le roba el sueño y se apresta a patentizarlo. Se trata de un "dispositivo de protección personal para limpiar el aire". En otras palabras, una máscara que sería idónea para una persona asmática porque permite filtrar el particulado que está en el aire.

En seis años que lleva el foro, Restrepo dijo que ha visto invenciones en diversos renglones. Contó que una vez alguien trajo una bicicleta motorizada, una trampa para sacar el sedimento de las represas y mallas metálicas para las ventanas a prueba de huracanes y que permiten la ventilación. Esto último fue patentizado, contó.

Ayer, el maestro de diseño industrial del Colegio Espíritu Santo, de Hato Rey, Juan F. Rodríguez, acompañado de tres estudiantes de undécimo y duodécimo grado, exponía orgulloso una silla elaborada en cartón corrugado que podía sostener 250 libras de peso.

¿Cómo surgió la idea? Fue el obsequio de una estudiante en su quinceañero. La...

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