En el 'lodge' de The Shining

Oregón

Por Sébastien Perrot-Minnot

Cincuenta y tres años más tarde, el estadounidense Sam Barlow y tres de sus compañeros subieron alto en el Monte Hood, cuando estaban buscando un paso a través de la Cordillera de las Cascadas, en vista de la habilitación de una carretera. Pero el primer ascenso atestiguado históricamente hasta la cumbre fue realizado en 1857 por Henry Pittock, editor del periódico Oregonian, de Portland. La montaña se convirtió progresivamente en un destino popular de los montañistas. En el sitio de una parada tradicional de los visitantes se construyó, en la primera mitad del siglo XX, un hotel al que esperaba un brillante futuro: el Timberline Lodge.

La obra fue lanzada por el Gobierno de Estados Unidos en 1936, en el contexto de la crisis social de la Gran Depresión. Se reclutó con este fin a unos 400 obreros y 100 artistas, que trabajaron con tanta dedicación que el 28 de septiembre de 1937, el presidente Franklin D. Roosevelt ya pudo inaugurar el nuevo hotel. En esta ocasión, el mandatario evocó con esperanza el desarrollo por llegar de un turismo que concerniría a todas las estaciones del año, incluso el rudo invierno.

Sin embargo, el horizonte del Timberline Lodge se cargó pronto con oscuras nubes. El hotel fue cerrado de 1942 a 1945, en consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Tuvo que suspender nuevamente sus operaciones en 1955, debido esta vez a serias deficiencias en su administración. Entonces intervino el que sería recordado como "el salvador del Timberline Lodge": Richard Kohnstamm. Este visionario empresario logró convencer al Servicio de Bosques de Estados Unidos de encargarle las riendas del hotel, que no tardó en dotar de un funcionamiento sano y rentable. Por añadidura, sus esfuerzos se vieron respaldados por el creciente entusiasmo del público por los deportes de invierno. En la actualidad, el establecimiento es operado por el hijo de Richard Kohnstamm, Jeff, y recibe a casi dos millones de visitantes al año. Entre todos los que frecuentaron alguna vez el Timberline Lodge, está un tal Stanley Kubrick.

Sin lugar a dudas, la...

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