EL íšLTIMO acto de Hí©ctor Martí­nez

Por Limarys Suárez Torres

lsuarez1@elnuevodia.com

"No podemos ignorar el grado de corrupción que existe en todos los niveles en Puerto Rico. Se han llevado otros casos que no han logrado disuadir a otros funcionarios de incurrir en delitos que minan la confianza que tiene el pueblo en sus instituciones gubernamentales. Martínez tiene que pagar las consecuencias de sus actos", dijo Besosa al sentenciar a Martínez.

El exsenador del Partido Nuevo Progresista (PNP), quien renunció a su escaño días después de haber sido hallado culpable de soborno por un jurado en marzo del año pasado, fue ingresado ayer mismo en la cárcel federal de Guaynabo.

Se espera que en los próximos días sea trasladado a una de dos cárceles en Estados Unidos que ofrecen servicios a confinados que tienen problemas de adicción a sustancias. El Nuevo Día supo ayer que la adicción de la que padece Martínez es al alcohol.

El empresario de seguridad Juan Bravo, convicto en el mismo caso, fue sentenciado también a cuatro años, pero se permitió esperar hasta el 16 de abril para entregarse. Ambos tendrán que pasar tres años bajo libertad supervisada tras cumplir su tiempo en la cárcel.

Martínez tendrá que restituir $ 17,500 y Bravo $ 175,000.

Al concluir la lectura de sentencia, los familiares de Martínez y Bravo se abrazaron fuertemente a ellos, se dieron palabras de aliento y lloraron ante la realidad de que ambos tendrán que pasar cuatro años en prisión. La sentencia fue emitida a las 11:00 a.m., pero Besosa le dio a Martínez hasta las 4:00 p.m. para entregarse.

Martínez almorzó y poco después se cambió el traje y la corbata por unos mahones, una polo y tenis y se entregó llorando, tras despedirse de algunos amigos, de su novia y del representante Johnny Méndez.

Aunque el público reaccionó ayer a través de las redes sociales y de los medios de comunicación decepcionado ante la reclusión de cuatro años, varios entrevistados dijeron que la pena es razonable para el delito cometido, pues el monto total del soborno por el que resultó convicto no llega ni a $ 5,000.

Martínez y Bravo resultaron convictos de soborno, pues el exsenador le aceptó al empresario un viaje a Las Vegas a ver una pelea de Tito Trinidad en 2005, a cambio de impulsar legislación favorable a Bravo. Ambos fueron acusado en junio de 2010.

La defensa de ambos ha dicho antes, y reiteró ayer, que piensa apelar el veredicto.

El juez Besosa impartió cierto suspenso a la sentencia, pues antes de dictar los años que...

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