Más allá del CANSANCIO

Por Ileana Delgado Castro

ileana.delgado@gfrmedia.com

Una situación que, al parecer, es bastante común entre la población en estos días. De hecho, algunos profesionales de la salud señalan que está muy relacionado al estilo de vida que se vive hoy, demasiado rápido y con mucho estrés.

A lo que se añade la incertidumbre por la precaria situación económica, así como los diversos problemas sociales a los que nos enfrentamos día a día, como delincuencia, criminalidad y drogadicción, entre muchos otros.

"A medida que pasa el tiempo nos vamos complicando la vida... Aparecen nuevos retos, nuevas responsabilidades y nuevas actividades que nos van ocupando el tiempo, dejándonos con muy pocas horas del día para descansar y pasarla bien", expone la psicóloga Wendy Matos, de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

"Muchas veces decimos, 'me siento agotado', 'no puedo más con el estrés', 'si el día tuviera 48 horas'... Estas y muchas otras frases que usamos cotidianamente solo reflejan que nuestro estado físico y emocional se ha alterado, que hay un desbalance entre el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso. Cuando esto ocurre, puede ser que se desarrolle en nosotros una condición o problema de salud peligroso conocido como fatiga o estrés crónico"', advierte la psicóloga.

Precisamente, Matos subraya que todo surge como consecuencia directa de nuestra reacción ante situaciones sociales, laborales, familiares o de salud que son críticas y que, por durar por mucho tiempo, pueden causarnos daño fisiológico (físico) o psicológico (mental).

Y es que, con el pasar del tiempo si una persona se somete a mucha tensión emocional o social, se van a manifestar síntomas en su organismo. Esto es así, explica Matos, porque nuestro cuerpo funciona similar a una máquina: el exceso de tensión o funcionamiento hace necesario que se detenga para darle mantenimiento y descanso, de lo contrario se quema.

"Los síntomas más notables asociados con la fatiga o estrés crónico son: llanto fácil, irritabilidad, dolores y espasmos musculares, dolores de cabeza, frustración, temblores, mareos, taquicardia, infecciones recurrentes, trastornos del sueño y trastornos del apetito entre otros", agrega Matos, aunque indica que no son los únicos.

Por ejemplo, Matos dice que cuando la tensión emocional se torna patológica, se puede sufrir de síntomas más severos. Entre ellos, sensación de hormigueo en el cuerpo, dolor en las articulaciones...

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