Matan la historia

Por Patricia Vargas Casiano

pvargas@elnuevodia.com

Una historia que prometía en sus inicios, y que enganchó a muchos que no son telenoveleros como yo, con la esperanza de ver una historia original con los elementos de sorpresa necesarios, al estilo Agatha Christie, para mantener el interés a través de toda la trama.

Eso fue hasta hace un par de meses, cuando comenzaron a darse situaciones traídas por los pelos y se perdió la línea que llevaba, quizá quedó enterrada en el sótano de la casa de "Gonzalo", donde mismo "Carola" le quemó su miembro a "Ismael". Qué bonita enseñanza para las niñas que ven la novela.

Entonces apareció la loca de "Raquel", hermana gemela de "Pilar", cual de las dos más ficticias. En toda la novela Maritza Rodríguez se pasó abriendo los ojos y apretando la cara. Debe haber sido por el dolor de pie que le daban las tacas subiendo y bajando escaleras, y esos impecables rizos que no la dejaban pensar.

Luego apareció la madre de las gemelas, interpretada por Angélica María, con una peluquita rubia tipo escoba de lo más falsa, y que ahora resulta que es escritora. ¿Tendrá la solución de este enredo, que ni los fantasmas que siguen apareciendo han podido resolver?

Pero mientras eso ocurre, los personajes que quedan vivos se pasan corriendo de casa...

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