MENGUA LA ACCIÓN EN LOS CASINOS

En la mañana de un día de semana, seis hombres hacen sus apuestas alrededor de la ruleta, al tiempo que una pareja juega en unas máquinas que lucen más como videojuegos que como tragamonedas, pues el protagonista es el legendario Pac-Man. Mientras, el alboroto de otra máquina -que no traga monedas, sino billetes- llama la atención de los demás jugadores hacia una pantalla con la palabra más ansiada del casino: “Jackpot!”.

Todas son escenas cotidianas en una industria que apuesta a la innovación de su oferta para atraer jugadores -en su mayoría residentes en la isla- y lograr una operación exitosa en un país que lleva una década en recesión económica, con una constante pérdida de población, con cada vez más juegos de azar y que en septiembre pasado fue azotado por dos huracanes en un mes.

No ha sido fácil, pues de 21 casinos que operaban en el país hace diez años, actualmente quedan 16, en donde trabajan 1,832 personas, según cifras de la Compañía de Turismo de Puerto Rico correspondientes al pasado 1 de marzo (las más recientes disponibles).

“Los casinos en Puerto Rico han pasado por tiempos muy difíciles en los últimos diez años, principalmente debido a la recesión”, confirma Carl Kortum, dueño operador de Casino del Mar, en La Concha Renaissance Resort, en San Juan; y Casino del Sol, en Courtyard Marriott Isla Verde Beach Resort, en Carolina. “En el área metropolitana antes teníamos 13 casinos y ahora tenemos cinco. Solo uno en esa zona está cerrado debido al huracán María: el del Ritz Carlton, en Isla Verde”.

Los que permanecen abiertos en la zona metro son Casino del Mar y Casino del Sol, así como los que ubican en las hospederías Sheraton Puerto Rico, en el Distrito de Convenciones en Miramar; Embassy Suites, en Isla Verde, y San Juan Marriott, en Condado.

La merma, tanto en la cantidad de casinos como de dinero generado por las tragamonedas, no solo impacta a la industria, ya que el gobierno local recibe el 54% de los ingresos de estas máquinas (luego de restada la cifra destinada a pagar los premios).

En el año fiscal 2007-08, según la Compañía de Turismo, en las tragamonedas se realizaron jugadas ascendentes a $4,055 millones. En 2017-18, esa cifra se redujo a $3,361 millones, lo que constituye una baja de $694 millones. Los casinos pasaron de ingresar $153.9 millones en 2007-08 a recibir $126.8 en 2017-18, para una baja de $27.1 millones.

Mientras, la porción que ingresó al gobierno bajó de $154.2 millones en 2007-08 a $136.1 millones en 2017-18, lo que constituye un descenso de $18.1 millones. Ese dinero se divide entre la Universidad de Puerto Rico, la Compañía de Turismo y el Fondo General.

“En los pasados 10 años, cada año...

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