Un misterio en Fortaleza

Personas que gobernaron, gobiernan y aspiran a gobernar a Puerto Rico dedicaron energías durante varios días de la semana pasada a un asunto francamente indigno: recriminarse de parte y parte por la desaparición desde las mismísimas entrañas de La Fortaleza de computadoras, tabletas y diversos tipos de muebles, valorado todo en casi $15,000.Fue triste ver a lo que puede llegar el principal puesto electivo y administrativo de Puerto Rico.El país tiene que saber, por supuesto, qué pasó con lo desaparecido. Fueron cosas que se compraron con fondos públicos. Eso quiere decir que, al final del día, nos pertenecen a todos nosotros. Es un misterio sin nombre que hayan desaparecido de uno de los edificios más vigilados de todo Puerto Rico. Nadie camina por allí sin que lo estén velando muchos policías y cámaras, por no mencionar los espíritus de todos los que han dejado sangre, sudor y lágrimas por aquellas hondas cavernas desde los lejanos tiempos de España.Sería bueno, además, ver alguna investigación, de lo que sea, llegando a buen término al menos una vez en la vida en Puerto Rico. Casi todas, como sabemos, caen en una dimensión desconocida que ni el mítico Triángulo de las Bermudas. Se refieren cosas "a investigación" y, olvídense. Se llega primero a Marte que a saber qué pasó.Esta vez, hasta un policía dijo que quiere entrevistar en persona a dos de los que han sido implicados en esto: el exgobernador Ricardo Rosselló y Pedro Pierluisi, quien ocupó el mismo cargo, de manera ilegítima, por cinco días. En Puerto Rico, ningún exgobernador, salvo Carlos Romero Barceló, quien tuvo que contestar en el Senado preguntas sobre el Cerro Maravilla, ha tenido que rendir cuentas nunca por nada hecho durante su tiempo en el cargo.Sería la madre de todas las ironías que, mientras ningún exgobernador ha respondido por el endeudamiento que nos ha costado todo, por la quiebra de las pensiones, por las obras sin financiamiento, por la debacle de la infraestructura, por el deterioro imparable de la educación pública, por la destrucción del sistema de salud, por tanta y tanta corrupción, vayan esos dos a rendir cuentas por dos iPads, cuatro lápices de iPads, tres corrales para niños, una butaca para masajes, una computadora Apple, una cama, una lámpara de techo, dos sillas para que niños coman, aditamentos para cama y cables para cargar equipos electrónicos.Si no fuera tan grotesco, tan vergonzoso todo esto, daría hasta la tentación de divertirse pensando en el...

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