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El negocio de telas Olazábal cerrará sus puertas tras 93 años en operaciones

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Vincent

No solo las grandes cadenas están reduciendo su presencia en Puerto Rico, sino también negocios familiares de larga trayectoria están cerrando operaciones, como es el caso de la reconocida tienda de telas Olazábal en Bayamón.Tras 93 años de fundada, y manejada por la segunda y tercera generación, la tienda y almacén de telas cesará operaciones de manera definitiva. Lo hará en los próximos tres meses, en específico el martes, 31 de enero de 2023, fecha en que finaliza su año fiscal.La noticia la confirmó a El Nuevo Día, Romualdo Olazábal, gerente del establecimiento y nieto del fundador Francisco Olazábal. Con esta decisión quedarán cesantes una treintena de empleados, algunos de los cuales nunca han tenido otro empleo en su vida.Olazábal es considerado el almacén de telas más grande en Puerto Rico. Es visitado por diseñadores y modistas que buscan telas de calidad para sus nuevas colecciones.El establecimiento, localizado en la carretera 174, cerca del parque Luis Ramón Loubriel, cuenta además con departamentos de ropa para damas, caballeros y niños, ropa íntima y de dormir, perfumes y cosméticos, así como ropa de casa."Fue una decisión bien difícil", expresó Romualdo a este diario, sobre la determinación de los Olazábal de cerrar las puertas tras un legado de casi un siglo.Señaló que el mantener abierto un negocio en Puerto Rico es cada vez más complicado, ya que son muchos los retos que enfrentan los empresarios, y el gobierno no apoya o facilita su gestión.Razones para no seguir"Son muchas las situaciones que hemos pasado en estos últimos años. La pandemia, los terremotos, los problemas con la energía eléctrica, que uno no sabe cuando se irá ni cuánto tardará en llegar, y el impuesto a la propiedad mueble. Es mucho", comentó el gerente, quien lleva 35 años trabajando en la empresa familiar.Olazábal es un negocio al por mayor -aunque también vende al detal-, por lo que la cantidad que mantiene en inventario es considerable para poder suplir mercancía en volumen a sus clientes.Son cinco millones de yardas de todo tipo de telas, y por ello, tiene que pagarle al gobierno una suma cuantiosa en impuesto de propiedad mueble."Son más de $100,000 cada año los que pagamos en impuesto al inventario. El gobierno es como un socio de los negocios en Puerto Rico", dijo Romualdo, refiriéndose al dinero que esta pequeña empresa le entrega al gobierno por concepto de este impuesto, sin contar la lista...

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