No somos chatarra

SILVERIO PÉREZ

HUMORISTA

Ni Puerto Rico ni los puertorriqueños somos chatarra. La clasificación hecha por una casa acreditadora, con conflictos de intereses evidentes, es arbitraria y el liderato político de la isla debería contestar de forma proactiva y no reactiva.

El "me vale" del gobernador Alejandro García Padilla, un tiempo atrás, ha cambiado a "ponerme en manos del Señor". O sea, que Dios nos coja "confesaos". El liderato de los otros partidos políticos tradicionales han visto en la degradación la oportunidad de arrimar la brasa a su sardina y responsabilizan de la debacle a todo aquél que no tenga el color de su tribu. Nadie quiere asumir responsabilidad. Hasta los líderes sindicales dicen que sus afiliados no tienen que ver con el desbarajuste, como si los miembros de sus uniones no hubieran votado, década tras década, por los políticos que condujeron este barco hacia el precipicio. Algunos analistas de radio y televisión se montan en la ola de la histeria colectiva y, con voz en cuello, claman por eliminar gastos, sobre todo los relacionados al deporte y a la cultura. Claro, no hablan de cortar asesorías legales de las cuales participan.

El análisis de cuándo comenzó el descalabro económico depende de la tendencia ideológica de quien analiza. ¿Desde Rafael Hernández Colón o desde el cuatrienio anterior? ¿Desde que Aníbal cerró el Gobierno o desde que a Rosselló le dio por hacer obras faraónicas? ¿Desde el comienzo mismo de la Operación Manos a la Obra? ¿O más atrás?

Nadie, hasta ahora, ha hablado de la primera devaluación que hizo el americano en 1902 cuando el Congreso ordenó el canje de pesos puertorriqueños a 60 centavos de dólar llevando a la incipiente industria criolla al desastre.

Devaluado o no el crédito del gobierno de Puerto Rico, la vida continúa. La gran pregunta es ¿qué vamos a hacer? Hay dos caminos que si no se comienzan a andar el problema no se resolverá: pensar fuera de la caja y concertación nacional.

Nada de lo que he escuchado del liderato de los dos partidos políticos que se han turnado en el poder para aumentarnos la deuda pública rompe los paradigmas actuales. Quieren seguir buscando...

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