'No quiero regresar a nuestra residencia'

Por Yaritza Santiago Caraballo

Fue una experiencia traumática para este hombre y su esposa María Esteva, de 34 años, quienes viven en la residencia de dos pisos hace tres años. "Emocionalmente estoy bien afectada, me levanto en las mañanas llorando. Es bien fuerte, nunca había vivido algo así. No quiero regresar a nuestra residencia", declaró María, quien labora en la banca.

No es para menos. La magnitud del desastre es evidente. La pared posterior de la casa se desplomó por las enormes piedras que cayeron al derrumbarse parte del cerro que ubica atrás.

La cocina también se destrozó. Se les dañó la nevera, la lavadora, el fregadero, la secadora, todo. Un peñón cayó, incluso, encima de la estufa. Hasta ayer no había acceso a la cocina ni a la terraza por las piedras y el fango que llegaron a cubrir parte de la sala de la sala rompiendo varios cristales.

Esteva entiende que si ella o su esposo hubiesen estado esa mañana en la cocina, quizás hubiesen muerto.

La pesadilla de esta pareja ocurrió el pasado jueves a las 5:30 a.m. cuando ni siquiera había salido el sol. La pareja dormía en el segundo piso. En los pasados días habían escuchado caer del cerro algunas pequeñas piedras, pero nunca imaginaron lo peor. "Esa madrugada escuché un ruido que hizo como cla, cla, cla y como un viento bien fuerte. Luego una explosión. El vecino del frente salió gritando y tocó la bocina del carro para que saliéramos. La alarma de mi casa se activó. Cuando bajé estaba oscuro, no había luz porque el 'breaker' de luz cayó en otro sitio, pero había...

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