Un país “en capilla ardiente”

Hay un país. Hay una barca que no va a ninguna parte. Hay una estrella cuya verde luz está hecha del color de los dólares. Hay una falda escolar agigantada hecha de faldas. Hay nuevos jeroglifos en la ciudad. Hay un libro de historia que ha recibido un tiro en su entraña. Hay una isla hecha de tierra y hecha de piel. Hay un carimbo que marca sobre el cuero la palabra chatarra. Hay escudos que leen la palabra educación. Hay máscaras de gases. Hay políticos con tapabocas hechos de destapadores de inodoros. Está Tito, Lobo y Mota. También Mamá y Papá. Hay un país. Un país moribundo.

Todo ello habita la nueva muestra del artista Garvin Sierra. Titulada “En capilla ardiente”, -la exhibición que actualmente se encuentra en Espacio Minerva en Santurce y permanecerá allí hasta el 23 de junio- es una respuesta urgente al derrumbe económico, al fracaso del sistema económico, político y educativo del país, pero sobre todo es una documentación viva y un comentario crítico del presente puertorriqueño. Es también, como todo arte en sintonía con su tiempo, una ventana al futuro que, de tan cercano, salpica imágenes poéticas e invita al artista a repensar nuestra simbología.

“Ante una coyuntura histórica difícil para el país... ¿qué arte se puede crear? ¿Podemos tomarnos el lujo de la reflexión artística, o acaso es justamente a través de ella que podremos clarificar la complejidad del contrapunto ominoso que confrontamos?”, oberva en su comentario crítico el historiador del arte, Rubén Alejandro Moreira, toda vez que señala que la obra de Sierra “se inscribe en una postmodernidad plena, con un acercamiento plástico heterogéneo, en el que tanto el grabado tradicional como el collage y la imagen digital, tanto la escultura de taller como el objeto encontrado e incorporado como ‘ready made’, la yuxtaposición en ciertas ocasiones de luces o máquinas, material industrial implícito o explícito, construyen un pastiche indomable o un pop político asumido con la crítica de lo conceptual. Es decir, la crisis tiene que pasar por un proceso de filtración intelectual, no exenta de humor –casi negro, a ratos pero iluminador-, porque pone en perspectiva los peligros reales y a veces inadvertidos para muchos. Lo estamos viviendo, y anticipamos que se complicarán en un futuro bastante inmediato”.

El humor, el patrimonio y lo simbólico

En el 2015 un ministro alemán propuso la idea de intercambiar la deuda de Grecia por la de Puerto Rico. La respuesta del artista: una serie...

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