Un país de múltiples matices

Asia

Así encontramos a una isla que luce buena parte de sus campos teñidos por el color verde del té. Naturaleza en estado puro matizada por las alturas que predominan sobre el lado este.

Paz paradisíaca que es únicamente interrumpida por la llegada de algún tifón entre los meses de agosto y octubre.

En Taipei el urbanismo está matizado por un enjambre de edificios y avenidas que giran en torno a un río que atraviesa a la ciudad. Ciudad que denota su lado más humano cuando la gente acude a los parques a ejercitar los músculos y el espíritu cada mañana. Imagen que contrasta con el hormiguero de gente que saben cómo andar codo a codo sin perder la paciencia.

Grandes letreros con caracteres chinos compiten entre ellos para llamar la atención, al mismo tiempo que provocan la admiración de quien no conozca la escritura. Sin embargo, la opción del idioma inglés es latente. Calles y señales de tránsito cuentan con ambas descripciones, al mismo tiempo que es usual el encuentro con gente bilingüe que no escatima esfuerzos para dar indicaciones.

Asimismo, el urbanismo de esta ciudad tiene su mayor altar en la torre Taipei 101. El edificio rascacielos que fuera el más alto del mundo entre los años 2004 y 2010. Mole de 1,671 pies de altura, ó 509.2 metros, que reinterpreta la arquitectura tradicional china y cuenta con un impresionante centro comercial en su base, donde abundan las grandes tiendas internacionales de marca; así como un mirador en la cima que pone a la ciudad a tus pies.

De Taipei también destaco la zona comercial Ximending, sobre todo en la noche cuando los grandes letreros lumínicos parecen competir con Time Square en Nueva York. Zona peatonal donde la gente acude por cientos de miles a las tiendas en busca de la última moda. Lugar donde encontramos el Red House Theater, o Teatro Rojo; construido hace casi cien años y recientemente remozado; con una atractiva cartelera de cine, danza y música taiwanesa o foránea, así como ópera pekinesa que resulta ser una experiencia cultural inolvidable.

De hecho, la danza, la música y la ópera conforman el plato fuerte de la cultura nacional. Tres manifestaciones artísticas cuán diferentes a las nuestras en Occidente, que por ser precisamente tan diferentes son atractivas.

Ritmo, color e interpretación que alcanzan su máxima expresión en el National Theater, o Teatro Nacional en español. Dos majestuosos auditorios construidos hace apenas veintisiete años que recogen la belleza de la arquitectura tradicional china. Ambas salas, una frente a la otra, engalanan la Plaza de la...

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