El País que va al revés

Dejando a un lado lo que siempre vemos en la prensa, es inevitable chocar de frente con la realidad del País, donde parece que vivimos al revés.

Debemos ser los únicos que preferimos dar un pesito al drogadicto que pide dinero en una luz, antes que comprarle una botella de agua, una caja de chicles o una fruta a la persona que, bajo el mismo sol, camina unos pasos atrás, trabajando para ganarse el pan para su familia. Incentivamos el vicio, pero no el trabajo.

En los aeropuertos, cuando llaman para abordar por número de fila, aunque no nos toque, nos abarrotamos frente a los empleados y bloqueamos el paso a quienes les corresponde. Demostramos la conducta del “quítate-tú-pa-ponerme-yo” que no beneficia a nadie.

Cuando viajamos por las carreteras, manejamos por el carril de la izquierda, aunque vayamos a tomar la salida de la derecha, y...

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