Parques para dar consuelo

Por José A. Delgado

jdelgado@elnuevodia.com

Junto a otros voluntarios, Soto ya ha ayudado a transformar 15 espacios del estado de Connecticut en zonas de recreo que rinden homenaje a las víctimas de la matanza. Uno de ellos, en Long Brook Park, Stratford, a minutos de la casa familiar, lleva el nombre de su hija Victoria Soto.

"Mientras trabajamos pienso que Victoria y los niños nos miran desde el cielo", dijo Carlos, en una entrevista telefónica con El Nuevo Día.

El sábado se cumplirá el primer aniversario de una masacre que estremeció al mundo y, particularmente, le quebró el alma a los Soto.

La fecha ha revivido los espeluznantes momentos del día en que Adam Lanza, por motivos que quizá nunca puedan explicarse más allá de sus problemas mentales, acabó con la Navidad de la pequeña localidad de Newtown.

Lanza entró a la escuela de Sandy Hook disparando indiscriminadamente, con un rifle semiautomático. Mató a 20 niños, que tenían entre 6 y 7 años, y a seis maestros de la que era hasta entonces una tranquila comunidad.

Entre las víctimas estuvo también una niña de origen boricua, Ana Grace Greene Márquez, de seis años.

Hace unos días se dio a conocer el informe policial, que no encontró una razón, más allá de sus problemas mentales, para explicar por qué Lanza fue a su antigua escuela elemental a ejecutar al que se encontrara a su paso, después de matar a su madre en su residencia.

Luego se revelaron las grabaciones de las desesperadas llamadas telefónicas hechas al servicio de emergencia 9-1-1 en la mañana del 14 de diciembre. "Todos los informes recientes hacen todo más duro. Se hace muy difícil para la familia. Duele", dijo Soto.

Pero, la familia de Victoria Soto ha estado muy orgullosa de que la joven maestra, que apenas tenía 27 años, entregara su vida protegiendo a sus estudiantes, algunos de los que quedaron a salvo. "Para ella eran sus hijos. Así los llamaba", narró su padre.

Inmediatamente escuchó los primeros disparos, Victoria habría dirigido a sus estudiantes hacia escondites, principalmente en un clóset de su salón.

Lanza la asesinó a quemarropa.

Victoria era la hija mayor de Carlos Soto, natural de Bayamón, y Donna Fagan, estadounidense de origen irlandés. El matrimonio tiene otras dos hijas, Jilian y Carlee, y un hijo, que tiene el mismo nombre de su padre.

"Vicki era la hija que todo el mundo quisiera tener. Era una muchacha bien buena", afirmó Carlos.

La mañana del 14 de diciembre de 2012, Carlos estaba en Hamden, un...

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