Pax magistra

Miguel Rodríguez Casellas

En este nuevo año, frente al cual ya estamos repartiendo bendiciones y prosperidades, vamos a acordarnos de los maestros del sistema público. No sé si alguien ha visto los números de la propuesta gubernamental, pero según los últimos datos divulgados, la idea es deteriorar mayúsculamente las condiciones de trabajo, aportación y retiro del grupo más desatendido y peor pago del servicio público. Y todo para lucir bien frente a un entramado de usureros que le harían las vacaciones a Ebenezer Scrooge.

Puedo adelantarme a las objeciones, mezquinas todas. Que los maestros son vagos, que no saben enseñar, que cojan ahora estos empleados de Gobierno que se creían inmunes a la crisis.

Mi gente querida, los maestros no aportan al Seguro Social; su retiro, incluyendo una que otra bonificación, es todo lo que tienen. Trabajaron bajo las peores condiciones posibles, cuya precariedad persiste hoy. Cualquier deterioro generacional que venía por ahí, tanto en los padres como en los hijos, les tocó a ellos enfrentarlo primero. Aun así, la gran mayoría echó y echa el resto; para nosotros, para nuestros hijos, para nuestros sobrinos.

¿Será polémico juntarnos a luchar por ellos? ¿Será polémico enfrentar al...

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