De pelotero a ‘Mr. Pancakes’

Por primera vez después de 23 años consecutivos en el béisbol organizado, el puertorriqueño Carlos Beltrán ya no tiene que madrugar para reportarse temprano al parque para los entrenamientos durante los fríos meses de febrero y marzo. Ahora sus mañanas transcurren en la cocina.

Ya no tiene que lidiar con ejercicios matutinos al sol ni con el asedio de la prensa en los campos primaverales en Florida. No es un coach o un dirigente quienes esperan que complete su rutina. Son sus tres hijos quienes esperan que madrugue para que les prepare unos deliciosos pancakes en la comodidad de su hogar en Nueva York, mientras ellos se preparan para ir a la escuela.

Es la nueva vida del exjugador manatieño, quien en noviembre pasado anunció su retiro del béisbol tras ganar su primer y único anillo de la Serie Mundial con los Astros de Houston.

Desde que firmó como pelotero profesional en 1995 al salir de la Escuela Superior Fernando Callejo de su pueblo natal, fueron más de dos décadas consecutivas en las que debía salir de la casa rumbo a los entrenamientos, y dejar a su esposa Jessica y a su prole.

Solo han pasado cuatro meses desde que se le vio derramar lágrimas de emoción sobre el terreno del Dodger Stadium, la noche que los Astros hicieron historia al conquistar el primer campeonato de su historia. Beltrán fue parte ella y tan poco tiempo después del suceso, no oculta el hecho de que no extraña el trabajo diario en el terreno de juego. “Me siento bien gracias a Dios. Me siento contento primero que todo, de poder estar en mi casa con mi familia, mis hijos, y poder estar en el día a día con ellos. Básicamente es acoplarme a la rutina de la familia. Antes era al revés; la familia tenía que acoplarse a mi rutina del béisbol”, dijo vía telefónica Beltrán a El Nuevo Día.

“La estoy pasando bien, disfruto estar con mis hijos y mi esposa. Algo que le digo a Jessica, es que me pongo a ver los juegos de entrenamiento por televisión y te digo honestamente que el juego y la preparación mía no la extraño. Pero sí extraño poder compartir con los muchachos, hablar con ellos y poder pasar mis experiencias vividas y contar las anécdotas que viví, para que así los muchachos pudieran tener una mejor idea de esas situaciones de juego y de vida”.

En 20 campañas, Beltrán bateó de por vida .279 y concluyó su jornada como el máximo productor de carreras en la historia de los puertorriqueños en las Grandes Ligas, con 1,587 empujadas, además de 1,582 anotadas. También figura...

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