Peripecias por un paquete

“Temporal, temporal, allá viene el temporal. Temporal, temporal, allá viene el temporal.

Qué será de mi Borinquen, cuando llegue el temporal.

Qué será de Puerto Rico, cuando llegue el temporal”…….

En ruta de Santurce hacia la Base de la Guardia Nacional Muñiz Air, mejor conocida como Base Muñiz, escuché la plena “Temporal” autoría de Manuel Jiménez ‘Canario’.

Cero noticias marianas. Oídos sordos al “Puerto Rico se levanta”. Me concentré en el cuestionamiento de la plena. Qué será de Puerto Rico, cuando llegue el temporal. Como dijo el Gobernador en su campaña “llegó la hora” pero esta vez no fue la de ganar sino la del temporal.

Aprovecho y agradezco el trabajo de muchos de nuestros humanistas, literatos y periodistas quienes brillan con luz propia ante sus respuestas sobre la pregunta obligada. De paso, sobra decir que luz es lo más que nos falta.

En la respuesta a la pregunta plenera me guían las columnas de Eduardo Lalo -Huracanópolis y El Estado Fallido- así como el diario de Mayra Montero, entre otros trabajos publicados por nuestros hombres y mujeres de letras.

Estos escritores, entre otros nos iluminan contrastando el “oscurantismo” presente en Palo Seco.

Sigo con eso de seco pues así quedó el manglar que flanquea la carretera que conduce a la mencionada base donde, entre otras firmas, ubican varias compañías de transporte y carga.

Olvido la plena, a los escritores y me concentro en la búsqueda de la compañía de transporte que debe tener un paquete a mi nombre.

La búsqueda es una privilegiada.

Sí, tener a un ser querido que sin preguntar, ¿qué necesitas? envíe no sé qué cosas para uno; a días del paso del huracán, es todo un privilegio de amor.

De todos modos, le recalqué que contaba con suficiente agua potable, fósforos, sternos, alimentos enlatados, velas, quinqués, techo, las dos plantas de mis pies y un celular que funcionaba de vez en cuando y de cuando en vez sólo en fución del servicio de mensajería de textos.

Justo cuando en Puerto Rico, “se perdió la gasolina” -así dicen los cubanos cuando un producto escasea-, el familiar que remitiٴó el paquete sugería que lo buscara al aeropuerto.

Le respondí que “en este momento no debía moverme ni de aquí a la esquina, a menos que surja un asunto de vida o muerte”. Estaba junto a mi grupo familiar en un campo en Bayamón.

Aquí fue cuando iniciaron los cuestionamientos de los que están al otro lado del charco.

Eso de que tus seres en el exilio te pidan una descripción del asunto post...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR