Placer sobre rieles

Trenes

La sensación del movimiento es placentera, el sonido de la chicharra emociona y, en algunos casos, el viaje puede tener mucha adrenalina como con el tren de cremallera más alto del mundo: el Manitou y Pikes Peak. Este peculiar ferrocarril está emplazado en el Pikes Peak, la montaña más visitada de Norteamérica, 16 kilómetros al oeste de la ciudad de Colorado Springs, en el estado de Colorado. Si bien se puede llegar a la cima en auto o a pie (por el Sendero de Barr) la forma más llamativa de hacerlo es a bordo de este tren que, en un recorrido de 14 kilómetros, trepa a los 4,302 metros. Con una rueda dentada que va por una vía especial montada en el medio de las vías tradicionales, es el tren de cremallera más alto del mundo y funciona desde 1891.

Los primeros trenes de montaña, como los de Suiza, nacieron con el fin de disfrutar majestuosas vistas en las cumbres. Mientras que los de los Andes eran una gran herramienta para hacer vínculos sociales y comerciales. Y el gran desafío era trepar escarpadas laderas, reduciendo la pendiente o bien usando sistemas de cremalleras para aumentar la adherencia entre la locomotora y los rieles. Los trenes convencionales se mueven usando la fricción de las ruedas sobre las vías, provista por la fuerza de la locomotora. En cambio, para pendientes agudas los de cremallera usan una rueda dentada que va por una vía especial (montada en el medio de las vías tradicionales). Estos trenes se diferencian de los funiculares porque estos, en vez de una rueda dentada central, tienen un cable. El primer tren de cremallera se había hecho en 1869 para ir a la cima del Monte Washington en New Hampshire. Sin embargo, los suizos adoptaron rápidamente la nueva tecnología y fabricaron varios trenes convirtiendo a Suiza en el país con mayor cantidad de trenes de cremallera del mundo.

El viaje de 15 kilómetros demora, ida y vuelta, poco más de tres horas. La primera parte del trayecto es muy empinada y transcurre a lo largo del arroyo Ruxton en el Cañón Englemann por un bosque de pinos y abetos. A mitad del camino, Mountain View, se puede ver la cumbre del Pikes Peak. De allí, la vía vuelve a ser empinada y el tren sigue trepando con el lago Moraine y el Monte Almagre de fondo. Los últimos kilómetros son increíbles y se ven las Grandes Llanuras, más allá de la frontera entre Colorado y Kansas. Una vez en la cima, el tren para y, al bajar, se siente el frío (aún en verano). Si el día está despejado se ven los rascacielos del "downtown" de la capital de Colorado. En la cumbre se puede permanecer media hora como máximo, ya que muchos comienzan a sentir los efectos de la altitud (dolores de cabeza o náuseas). En...

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