Plena conexión con el espíritu

Por Liz Sandra Santiago

lsrivera@elnuevodia.com

Fue exactamente en el 2006 que experimentó una plenitud especial a través de la yoga tibetana. Cuenta que para ese entonces trabajaba en un hotel de la capital y recibió una invitación para asistir por tres meses a un monasterio en Ecuador donde se enseñaba esa disciplina.

"Nunca me arrepentí de haber renunciado a mi trabajo para irme. En esos 90 días compartí con otras personas y aprendí técnicas. Soy asmático y recuerdo que llevé cinco broncodilatadores y regresé con ellos nuevos porque no los necesité. Desde entonces aprendí a respirar y mi asma se controló", comenta.

Rodríguez es instructor egresado del monasterio La Retribución de los andes ecuatorianos y pertenece a la Escuela Gnóstica de Educación Continua, una organización no gubernamental sin fines de lucro que ofrece cursos para el desarrollo humano, libre de costos.

Entre las disciplinas que enseñan en el lugar se encuentra la de Yoga Tibetana, una disciplina milenaria practicada por los monjes en los monasterios tibetanos.

La Escuela Gnóstica se dedica a estudiar diferentes religiones y a sacar el aspecto práctico de cada una de ellas.

"Trabajamos con el tercer logo, que es a lo que los cristianos llamamos el Espíritu Santo, porque en la yoga tibetana se invoca al Espíritu Santo", comenta.

Con el tiempo y la consistencia, esta práctica se convierte en un estilo de vida que integra la meditación, la oración y la yoga tibetana a la vez que lleva a la persona a cuidar su organismo y en el caso de muchos de sus practicantes les ayuda a convertirse en vegetarianos.

El experto comenta que el fin es cambiar los malos hábitos por otros más saludables en los que se controla la ira y el estrés.

El experto alega que la yoga tibetana es mucho más sencilla que la yoga tradicional de la India, pues se compone sólo de 12 posturas o asanas con poco nivel de dificultad.

Rodríguez menciona que hasta la meditación es más fácil para aquellos que tienen problemas de circulación, pues se realiza sentado sobre un pequeño banco de madera y no en la posición de loto.

A medida que va transcurriendo la sesión de yoga tibetana, las posturas se combinan con oración. Además, Rodríguez menciona que las posturas que se realizan en esta práctica también ayudan a rejuvenecer y a mejorarse de ciertas enfermedades.

Una clase de yoga tibetana puede durar unos 25 minutos y se recomienda repetirla tres veces por semana, preferiblemente al amanecer para aprovechar la...

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