Preso por cantarse inocente

Desde el mismo día de octubre de 1990 en que fue arrestado y acusado de secuestrar y violar a una vecina del sector San José, en San Juan, y durante los 28 años en que ha estado tras las rejas por esos delitos, José Armando Torres Rivera no ha dejado de pregonar su inocencia ni por un día.Eso incluyó, por supuesto, el día de diciembre del año pasado en el que se presentó ante la Junta de Libertad Bajo Palabra, que podía devolverlo a la libre comunidad y, respondiendo a la pregunta rutinaria de si estaba arrepentido del crimen por el que está preso desde que tenía 17 años, dijo cándidamente que no podía arrepentirse de algo que no hizo.Por esta y otras controversiales razones, la Junta le negó a Torres Rivera la posibilidad de ser liberado, a pesar de que su récord de confinado es inmaculado tras casi 28 años tras las rejas, que los cumple el 16 de este mes.Torres Rivera, quien ya tiene 45 años, nunca ha dado positivo al uso de sustancias controladas ni ha sido sorprendido en posesión de estas, no ha tenido problemas ni peleas con custodios ni con otros reos, ni ha exhibido problemas de disciplina.Estando tras las rejas, completó sus estudios de escuela superior y se hizo artesano. Su comportamiento es tan excepcional que pertenece al selecto y limitado grupo de confinados a los que el Departamento de Corrección y Rehabilitación les permite ir a ferias de artesanías y a centros comerciales a vender sus productos, dice la moción que presentó esta semana ante el Tribunal de Apelaciones su abogada, Iris Yaritza Rosario, pidiendo que se revoque a la Junta."Uno de los criterios que tiene la Junta para otorgar la libertad es saber si el confinado ha reflexionado y si de verdad está arrepentido, porque eso supuestamente demuestra rehabilitación. Pero no en todos los casos una persona que está ingresada puede aceptar que cometió los hechos", dijo Rosario, quien pertenece a la Sociedad de Asistencia Legal (SAL).Horrendo crimenTorres Rivera fue hallado culpable de haber liderado a tres hombres que en la madrugada del 31 de agosto de 1990 secuestraron en San José a una joven de 20 años, la llevaron a un pasaje solitario en Carolina y se turnaron para violarla y sodomizarla.No la mataron porque casualmente una patrulla policiaca pasó cerca del lugar de los hechos, lo cual obligó a los hombres a huir.Un primo de Torres Rivera aceptó su culpa. Pero Torres Rivera, que mantenía su inocencia desde el primer día, decidió ir a juicio. El primo, Fabián Rivera...

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