Prioridades en la balanza

NICOLÁS RAMOS GANDÍA

PROFESOR UNIVERSITARIO

En Brasil, al igual que el carnaval, el fútbol está en el ADN del pueblo. Sin embargo, los gastos incurridos en la Copa Confederaciones y los proyectados para el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos junto a los aumentos en el transporte público fueron el detonador de los reclamos en las redes sociales que se concretaron en manifestaciones multitudinarias en contra de la corrupción de la clase política.

Estos manifestantes, sin ideologías decimonónicas y con herramientas del siglo 21, han obligado al gobierno de Dilma Rousseff a reconfigurar sus posturas y abrirse al diálogo y las concesiones. El mensaje está en la pared: lo importante, y la razón de ser de los gobiernos, es el ciudadano, y no el poder económico. En Brasil no se protesta por lo perdido, se exige que los gastos multimillonarios se dirijan a la gente y no a las fiestas deportivas, que el ciudadano tenga mejores hospitales y más amplias opciones de educación formal.

Cómo...

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