La privatización no es medicamento milagroso

Una mayoría del pueblo respalda la privatización como medicamento milagroso para resolver la enfermedad. Sin embargo, observemos lo sucedido en el modelo de privatización en Estados Unidos. A fines de los noventas las multinacionales eléctricas se fusionan con empresas de gas y carbón y, a su vez, las petroleras Texaco, BP Shell y Repsol compran empresas del ramo en diferentes partes del mundo.

Luego, conforme el proceso madura, se confirma la verdadera intención de esa apertura la concentración y manipulación de la riqueza social e irrumpen devastadores efectos económicos y sociales e incluso políticos.

Sempra, empresa que opera en San Diego, California, reconoció que manipuló el suministro de electricidad para subir tarifas dirigiendo el fluido eléctrico a otros estados para luego revenderlo con precios hasta 300% más elevados. Lo mismo hacía exactamente Enron, que macabramente llamaba a esta estrategia...

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