Puerto Rico en selecta compañía

Brasil, 1992. Fernando Collor de Mello, presidente de 40 años, fotogénico. Lleva apenas dos años en el cargo cuando su hermano lo acusa de dirigir una empresa criminal desde la mismísima presidencia. El Congreso titubea con el residenciamiento. 750,000 personas se manifiestan en Sao Paulo el 22 de septiembre de ese año, exigiendo el residenciamiento. Color de Mello renuncia el 29 de diciembre de 1992.Guatemala, 2015. Investigaciones de un organismo de la ONU vinculan al presidente Otto Pérez con un caso de corrupción de fraude aduanero. El presidente se aferra al cargo a pesar de las acusaciones contra 27 colaboradores, incluyendo su vicepresidenta. Miles de guatemaltecos salen a las calles durante semanas para exigir su renuncia. Pérez dimite el 2 de septiembre. Ese mismo día es arrestado. Aún está preso.Puerto Rico, 2019. Gobierna Ricardo Rosselló, 40 años, fotogénico, hijo de un exgobernador. Dos jefas de agencia son acusadas de corrupción. Se conoce que su más estrecho colaborador es objeto también de pesquisas. Trasciende un chat en el que Rosselló y cercanos colaboradores se burlan y atacan a sectores vulnerables y cometen actos posiblemente ilegales. El país se levanta y durante dos semanas realiza coloridas, imaginativas y masivas protestas. Rosselló renuncia el 24 de julio.Las salidas de sus cargos de jefes de estado democráticamente electos antes de que concluyan sus términos, sin que medie la fuerza, son de las cosas más raras en política. Protestas logran a menudo que algún gobernante suspenda alguna acción. Que salga de su puesto solo porque la gente proteste no se ve casi nunca.Con la salida esta semana de Rosselló de su cargo, Puerto Rico entra en una muy selecta lista de países cuyas poblaciones, hartas de la corrupción, de la incompetencia, del abuso, dicen "basta ya" y sacan de sus puestos a gobernantes democráticos sin que hayan concluido sus mandatos.Los efectos de haber logrado esta hazaña en la psiquis puertorriqueña, en la imagen que tenemos de nosotros mismos y en cómo somos vistos desde afuera, se estarán estudiando tal vez por generaciones. Pero ya se empiezan a ver. En Colombia, Venezuela y hasta en EE.UU., entre otros países, ha habido comentarios de gente preguntándose por qué ellos no han logrado lo mismo.En Argentina, la prensa habló de "la rebelión puertorriqueña". De la gesta se ha hablado en toda América y en otras partes del mundo. "De alguna manera esto reivindica a los puertorriqueños ante el mundo...

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